Es una molécula, es un analgésico y también es objeto de estudio para muchas enfermedades, la capsaicina es mucho más de lo que pensamos. Se trata de una molécula que se encuentra en los pimientos de todo el mundo. Algunos se pueden encontrar picantes y otros no tanto, y esto es debido a esta molécula que es la que se encarga de dar el picor.
No es casualidad que los pimientos sean picantes, sino que es por su propia supervivencia. A la planta le interesa que los pájaros, que son inmunes al picor, se alimenten de sus frutos para que esparzan las semillas por doquier. Se supone que también provocan una gran irritación en los mamíferos, que trata de alejarlos, y aunque se trata de una defensa que da buen resultado con algunas especies, no lo ha sido tanto con la raza humana.
El picor de los pimientos se mide por la cantidad de la molécula capsaicina que contiene con la escala Scoville. Esta escala oscila entre 0, un pimiento no picante, y 2.480.000 el pimiento más picante del mundo, llamado “el aliento del dragón”.
Algunos de los pimientos más picantes del mundo se encuentran en México e India. Podría parecer irónico que los pimientos que más pican y ardor dan se encuentren en algunos de los países en los que más calor hace. Estos pimientos generan una sudoración facial que provoca transpiración en la cara, pero que al evaporarse, necesita del calor de nuestro cuerpo y por lo tanto hace que éste se enfríe.
Pero la capsaicina no es sólo picante, también es conocida por actuar como analgésico, ya que interactúa con el cerebro en los receptores del dolor, evitando que mande señales al cerebro. Desde hace muchos años, ha sido utilizado de diferentes formas para aliviar el dolor, y a día de hoy, se estudian sus propiedades analgésicas con pacientes de cáncer.
Podría tratarse de un remedio que favorecería a las personas que padecen esta enfermedad, pero además alivia otro tipo de cosas como la dermatitis atópica, la artritis, el dolor de espalda crónico… Y ayuda a combatir la obesidad mediante su sensación saciante, reduciendo el consumo de calorías y grasas.
Vivimos en un país en el que cada vez más se introducen ingredientes de todas partes del mundo que incluyen el picante, como el chile. ¿Podría tratarse de algo positivo para nuestra salud?
Texto: Elena Olaran
Fotos: Creative Commons