- Local cerrado permanentemente.
Comer en La Castanya podría definirse como una verdadera experiencia para los sentidos, donde todo está pensado para sorprender al paladar y a la vista, ¡y de qué manera! Platos coloridos y llenos de sabor, que explotan al primer mordisco. Pero lo más característico de este restaurante es que toda la carta, a excepción de tres platos contados, es apta para celiacos e intolerantes.
Los artífices de este divertido local con aires vintage, situado en el corazón del Barrio Gótico, son Nicola y Mateo. Dos amigos que, tras haber pasado por restaurantes de la envergadura del Celler de Can Roca o Comerç 24, decidieron crear, hace poco más de un año, su propio sello, inspirado en la gastronomía de la región del Norte de Italia, de donde ambos son originarios, con toques característicos de la cocina catalana y española.
De esta fusión gastronómica nacen platos como la croqueta de ossobuco, “las bravas que soñaban con ser patata” (tenéis que ir y descubrir su secreto) o la búfala con rovellons y castaña. El archiconocido Vitello no podía faltar, pero en La Castanya lo encontraréis en forma de taco, envuelto con hoja de mostaza, con mayonesa casera de atún, anchoas y alcaparras.
Nicola y Mateo mezclan sin miedo los sabores, las texturas y las cocciones, como el aire de albariño que acompaña la ostra, o la lavanda que quema sutilmente con el solomillo, que acentúa y potencia su sabor. Las presentaciones son dignas de una obra de arte, ¿o acaso habíais visto antes pintar un plato con pintura de remolacha para acompañar la caballa ahumada?
Dejaros un último hueco para los postres. Dicen que una comida no termina sin un punto dulce. A destacar el cheesecake casero, delicioso, y con una presentación que seguro que te llevará a rememorar tu más tierna infancia. La crema catalana al tiramisú es pura sofisticación, y otra clara muestra de la fusión gastronómica con la que trabajan. Si por separado ambos ya son un vicio, esperad a probarlos juntos.
En La Castanya arriesgan y ganan. Y si en los platos lo bordan, los vinos no son una excepción. La gran mayoría, biodinámicos y procedentes de bodegas pequeñas, cambian diariamente, pero encontraréis las recomendaciones en la pizarra. Dejaros aconsejar, encontraréis auténticas joyas.
Horario: lunes a jueves de 18 a 00h, viernes, Sábados y Domingos de 12:30 a 03:00h.
Texto: Anna Arranz
Fotos: Anel González