Lo de tomar el aperitivo es deporte nacional, solo que ahora al “nos tomamos una caña” le ha plantado cara el “nos vamos de vermuts”. Y qué bien, la competencia siempre es buena, sobre todo cuando lleva una aceituna entre hielos y marida con encurtidos y mejillones (qué mejor aperitivo). Con este resurgir de la conocida ya como”hora del vermut”, los bares que sirven este vino macerado en hierbas han proliferado, pero hay uno especialmente ducho en este arte, se llama precisamente así, La Hora del Vermut, y traslada a Retiro a todo el que quiera disfrutarla.
Nació en el Mercado de San Miguel, y a pesar de las dimensiones del mismo, a Hans Peter-Redhammer y José Manuel Santander se les quedó pequeño. Entonces decidieron abrir un local a pie de calle en esta “nueva” zona de tapeo y aperitivos que es Retiro (el centro ya no tiene el monopolio). Con intenciones de taberna de toda la vida pero con toques cosmopolitas, La Hora del Vermut se presta a satisfacer el paladar de los amantes de esta bebida que buscan algo diferente.
Diferente en el beber y en el comer. Y es que este espacio tiene más de 80 referencias de vermuts recogidas de todos los rincones de nuestro país. Cuentan con vermut de Reus, claro, de Zaragoza, de Córdoba, de Galicia, de La Rioja, de Madrid, de Jerez de la Frontera (elaborados con vino de Jerez)… Las elaboraciones, como veréis, también son bien distintas. El vermut habitual, digamos, se hace con hierbas maceradas en vino blanco. Esta mezcla, dicen, se le ocurrió a un ilustrado (literalmente): a Hipócrates, el médico y filósofo que decidió poner a macerar hierbas en en vino flores de ajenjo. Desde aquella receta las cosas han cambiado mucho, y aunque el vermut es lo que es, en La Hora del Vermut tienen curiosidades como uno macerado en sidra, un francés macerado en tinto, otras ediciones especiales que cambian habitualmente y recomendaciones de la semana para que siempre tengas algo nuevo que probar.
Para acompañar, tapas fáciles y apetecibles como las aceitunas aliñadas con chimichurri, un aperitivo que siempre funciona. En la línea del clásico aperitivo, las gildas: de aceituna, anchoa, tomate confitado, boquerón y guindilla, con huevo de codorniz, de pepinillo relleno… Y el montado de Salmón ahumado con queso en crema y aguacate. Las Habitas con jamón y berberechos empiezan a innovar, bien sabrosas como marca el plato tradicional de habitas pero con el toque marino de esos berberechos carnosos en conserva. Igual que las Navajas, bien tiernas, que sirven con alcachofas, edamame y salsa romescu, una mezcla diferente que funciona. Como la de los Nísperos con torta de la Serena, olvida y anchoas, el no va más de la innovación en la tapa, unos nísperos frescos y dulces que contrastan con el punto del aceite y la sal de las anchoas y la potencia del queso. Imprescindible probarlos.
Uno se pierde entre tantísima oferta, así que mejor dejarse asesorar por el personal que conoce cada brebaje al dedillo. Con la tapa pasa igual, deja que la mariden, aunque aquí todo casa porque toda la carta está ideada para combinar con el vermut. En eso también han hecho un guiño a las tabernas de toda la vida, el cara a cara con el personal, el poder acodarte en la barra y hablar con ellos, el dejar que te descubran cosas nuevas y que sorprendan también está en el alma de La Hora del Vermut.
Calle de Fernán Gonzalez, 48, 28009 Madrid
Horario: de lunes a jueves de 12:00h a 16:00h y de 19:00h a 22:30h; viernes y sábado de 12:30h a 23:00h; domingo de 12:00h a 17:00h.
Texto: María G. Aguado
Foto: Magdalena Puigserver