La historia de La Parra es muy larga, tanta como que se remonta a 3 generaciones que pasando de una ciudad a otra terminaron recalando en Madrid hace 33 años. Los primeros dueños, los abuelos de los actuales, abrieron un pequeño restaurante en Carvajal, Málaga, de donde pasaron a Londres donde en un sótano de Chelsea se codeaban con los Rolling Stones y los artistas de la época. En su web tenéis toda la historia que cuenta con espías del MI5, Sean Connery, la princesa Ana de Inglaterra… digamos que todo lo que se le pide a un restaurante con chicha éste la tiene.
Cuando entras en el salón te inunda una sensación de calma que te acompaña todo el tiempo que estás allí. Un restaurante donde los clientes se encuentran como en el salón de su casa, o mejor aún en el salón de la casa de sus padres o de sus abuelos, donde comer con calma y tener una larga sobremesa. Esta sensación de familiaridad se consigue por las lámparas que alumbran cada mesa de forma independiente y por las sillas y bancos comodísimos que haces que no te quieras mover. También han conseguido algo muy complicado, que es una acústica estupenda, que permite hablar en la mesa sin tener a tus vecinos atentos a todo lo que dices.
En el comedor se mezclan sin problemas varias generaciones y preguntando a gente de nuestro alrededor nos encontramos historias de primeras cenas con padres, de amigos que se reúnen allí desde hace años, y de relaciones que nacieron en sus mesas.
En la cocina siempre se ha seguido el mismo criterio de cocina de mercado, pero internacional, donde quisieron mezclar sus raíces andaluzas e inglesas en un solo lugar, con una carta que fluyera sin imponer ninguna de las dos, el estilo colonial con el del sur, teniendo como homenaje a las raíces inglesas por ejemplo los currys y el porkpie.
La carta actual tiene muchos de sus grandes clásicos como el Taramasalata de entrante, su propia versión del taramosalata griego, una pasta hecha con una emulsión de huevas de maruca, aceite y huevas de tobico, las croquetas o el pan con tomate. Como platos principales tenemos el Steak Tartar cortado a cuchillo con patatas fritas caseras riquísimas, el cochinillo a la forma clásica con el exterior crujiente y el interior jugoso o el arroz negro con langostinos.
De postre el milhojas y la tarta de chocolate y menta junto con el Apple Crumble casero son perfectos para terminar una comida redonda. Que en fin de semana se suele alargar con unas copas en la mesa.
De casi todos los platos se pueden tomar medias raciones lo que te permite probar más de una cosa cada vez. Y este año, como “modernidad” empiezan a abrir los sábados a mediodía, ya que mantenían este detalle desde hace 30 años y abrían los sábados sólo por la noche.
Calle Monte Esquinza, 34, 28010 Madrid
Teléfono: 91 319 54 98
Horario: lunes a sábado de 13h a 17h y de 21h a 23:30h, domingo cerrado
Texto: Fernando Zaragoza
Fotos: Mercedes Zubizarreta