La Sifonería

Hay personas que desprenden encanto en cada gesto, en cada movimiento. Lo mismo ocurre con ciertos lugares. La Sifonería (de la Calle Martín de los Heros) es un claro ejemplo de ello.

Un local que lleva a sus espaldas más de 100 años de antigüedad. Fue uno de los pocos de la zona que resistió a los bombardeos de la guerra civil. A lo largo de este tiempo, han sido muy diversos sus usos: antiguamente fue una cacharrería, más tarde un chino, y recientemente un asador. Sus vigas y sus falsos techos de madera así lo avalan. Alfonso Ortega, su dueño y fundador, llevaba tiempo buscando un local en el que abrir su negocio y al ver éste en cuestión, quedó prendado. Lo suyo sí que fue amor a primera vista.

Decidió llamarlo La Sifonería – vinos&vermuts – tapas&parrilla – para no encasillarse con el apelativo Bar o Restaurante. “Quería jugar con esa ambigüedad que ofrecía este nombre. Buscaba que La Sifonería se convirtiese en lo que tú querías que fuese ese día: un lugar en el que tomar la primera o la última, en el que picar unas tapas o comer un menú”.

La cantidad de sifones que adornan cada balda, cada estantería del local, explican también el por qué de su nombre. Para Alfonso, el sifón es una obra de arte, un símbolo de una hostelería del pasado que no va a volver. Es un elemento castizo, y al mismo tiempo nostálgico. Esa colección de sifones es también un bonito homenaje a su abuelo, gran coleccionista de botellas antiguas. “Si él hubiera tenido oportunidad de conocer La Sifonería, estoy seguro de que le hubiera encantado”.

Esa mezcla entre lo antiguo y lo moderno del local se traspasa también a sus ricas raciones. En su carta conviven las de toda la vida: bravas y croquetas, con otras más innovadoras como el tataki de atún rebozado en sésamo y alga wakame o los saquitos de carrillera con base de puré de patata trufado (muy recomendables). Son comidas de siempre pero con un punto diferente, divertido y en algunos casos, con un toque asiático. Es una perfecta fusión entre la cocina más tradicional y una cocina más vanguardista.

Su carta de bebidas merece una reseña aparte. Cuentan con más de una decena de cervezas artesanas (Monkey Beer, Kadabra, Black Geisha…. y la Dommus de grifo, importante dato). Las dos últimas en incorporarse han sido la Patanel – cerveza de Carabanchel, difícil de encontrar por el centro, y la Sifonera, cerveza que rinde tributo al local y que elaboran ellos mismos. El vermú es también un claro protagonista. Sus amantes pueden encontrar una gran variedad de selectos de botella en función de sus gustos y de lo que se quieran gastar. Y para los fieles del de grifo: la reserva especial del vermú más madrileño, Zarro. Eso sí, a precio de uno normal.

Además de poder degustar allí mismo las ricas cervezas y saborear sus exquisitos vinos, también tienes la opción de comprártelos y llevártelos con un 30% de descuento sobre el precio normal.

La Sifonería es el sitio al que siempre querrás volver.