La Vaquería Montañesa, un homenaje a los sabores de siempre

En 1972, Madrid expulsó a sus vacas, cerrando así las vaquerías donde se dispensaba leche fresca y cuyas trastiendas se había convertido en improvisados establos. La Vaquería Montañesa reabrió en un local donde antaño se encontraba una vaquería, homenajeando así a los montañeses que cuidaban a sus vacas en el centro de Madrid.

Recuperar los sabores perdidos es uno de los objetivos de La Vaquería Montañesa, por eso en su cocina trabajan con productos con nombre propio como los cabritos ecológicos de Rafael, las verduras ecológicas de la huerta de Tudela La Traílla o los pescados que llegan directos cada día desde la lonja de Santander. Con todos estos productos y con el cuidado que ponen en su cocinado, no es extraño que en La Vaquería Montañesa se coma de maravilla.

Su carta está repleta de propuestas llenas de sabor. Platos perfectos para abrir el apetito como las rabas de Santander o las anchoas de Laredo; otras donde apreciar las deliciosas verduras con las que trabajan como la panaché de verduras o los tres tipos de pimientos asados. En su apartado del mar cuentan con más de una decena de pescados diferentes, aunque no todos los días tienen todos en carta, ya que no es posible conseguir toda la variedad y cantidad que necesitan a diario en la lonja. Los pescados como el Machote, el San Martín o la Merluza son cocinados a la plancha y con encebollado clásico santanderino. De la montaña también llega el mejor de los productos para que el equipo pueda preparar opciones como el steak tartar de ternera o el venado con trufa y foie.

El broche final de una comida en La Vaquería Montañesa lo ponen opciones como el cheesecake de plátano o la tarta de chocolate, postres potentes, con mucho sabor e ideales para endulzar una comida basada en la tradición.

El local, con fachada blanca y de grandes ventanales, inspira tranquilidad. Una vez te adentras en La Vaquería Montañesa, el espacio es sobrio pero muy acogedor. Mesas de madera, fotografías en las paredes y rincones llenos de encanto conforman un local que centra toda la atención en su comida.

La Vaquería Montañesa es un lugar donde parar el tiempo y disfrutar de cada bocado. Un espacio que pone en valor el producto, a los productores y una cocina honesta.