¡Esto es la bomba! Grito de guerra del primer comensal de tal preciado bocado a base de patata y cerdo. Así es la tapa por excelencia del barrio de la Barceloneta, una masa rebozada y bañada en salsa picante capaz de adoctrinar hasta el más bellaco.
Unos orígenes inciertos giran entorno a ella; algunos dicen que fueron los propios maiars de la Barceloneta los artífices de tal invención, otros trazan sus primeros pasos en el interior de la cocina de la milagrosa Cova Fumada o en los fogones de La Bombeta. Fuese como fuese, y sin obviar estos dos santuarios gastronómicos, aquí os dejamos otros cuantos locales donde perderse en el interior de una sus bombas.
Bolero
Bolero Bar, así se llama el nuevo local de Enric y Lito. Estos dos titanes gastronómicos han llevado a cabo un lavado de cara al antiguo L’ Alegría de la Plaza de la Concordia. Un reconvertido bar de tapas donde Guillermo es el artista culinario encargado de darle forma a su carta con un sinfín de bocados ideados para compartir.
Pero a lo que vamos, hemos venido a hablar de bombas y en el Bolero la hacen a su manera. Un híbrido entre bomba y albóndiga rellena de carne de cerdo y ternera con un toque de sobrasada que se deshace en boca. El secreto está en su salsa de tomate picante casera que le da ese punto juguetón que tanto nos gusta.
No hay día que vengamos y no repitamos, así que haz hueco porque caerán un par. Una versión propia en este local completamente renovado que nos tiene enamorados. Si pisáis el barrio, Bolero Bar parada obligada.
El verano está a la vuelta de la esquina, y con el “caloret” lo que más nos apetece es sentarnos al sol, bebernos una cerveza bien fría y degustar una buena paella mientras disfrutamos mirando al infinito horizonte que nos brinda el tan apetitoso mar. Sin duda, una de las mejores opciones es La Barraca, un restaurante especialista en arroces y pescados que pertenece a la Tribu Woki.
Uno de sus secretos mejor guardados son sus bombas caseras, el plato típico que solían comer los maiars en alta mar. Relleno de carne picada, salsa boloñesa y patata, con cobertura de pan rayado y frita, servida con un toque de salsa brava picante y alioli. Un verdadero manjar digno de cualquier capitán.
Un templo gastronómico como los de antes. Esta bodega familiar de techos altos, paredes de piedra y con una pequeña terraza, es el lugar ideal para tomar el aperitivo. Repleta de opciones gastronómicas y una amplia selección de vermuts, siempre está abarrotada por una clientela dispar que aporta un ambiente hogareño a este local con personalidad propia.
Todos sus platos se merecen un especial, ya probamos sus patatas bravas, su ensaladilla rusa y ahora es el turno de su bomba. ¡Y menuda bomba! Sin ofender a sus bravas, esta bola de carne de cerdo y ternera es sin duda el estandarte de una cocinera que en su día quedó fascinada por tal irresistible tapa; hasta el punto de adaptarla y hacerla suya. Sabor, un poco de historia y muchísimo placer en un bocado que eso sí, pica un poco así que pídete un vermut bien fresquito para rebajar.
¡De Bombas en Senyor Vermut!
Una vermutería tradicional con aires modernos que ofrece una amplia variedad de tapas en una antigua bodega del barrio de Sant Gervasi. Este pequeño bar familiar se ha convertido en el lugar de encuentro de viandantes y vecinos donde poder disfrutar de un buen vermut y algo de picar.
Desde su reapertura, la Bodega Balmes no ha hecho nada más que sorprendernos. Si ya nos enamoró con su versión de la ensaladilla rusa; bien pues ahora nos hace gritar de placer con su fantástica bomba. Abrirla por la mitad, mojar en su salsa brava y rebajar el picor con un trago de vermut es un placer imposible de explicar. ¡Id a probarla!
Esta bodega situada al norte del barrio de Sants, famosa por sus bocadillos, se recrea día tras día en su acogedora cocina. Un legado bodeguero de más de 50 años que ofrece todo tipo de tapas y buen vino.
Un clásico en nuestra lista de favoritos, en esta pequeña bodega te encontrarás con Marc; maestro cocinero encargado de darle vida a esta cocina tradicional de la que no puedes marcharte sin probar su verdadera bomba.
Amasadas por él mismo, servidas sobre una salsa mezcla entre alioli y salsa picante que te deja un regustillo picantón al que acabarás adicto. Puré de patata tradicional, carne de cedo y rebozada en panco, así es su pedazo de bomba. Fans incondicionales de esta taberna catalana que nunca pierde la chispa.
El Santet; esta pequeña taberna repleta de historia levanta el telón cada día frente al Cementerio de Poblenou. Un bar de tapas, bocatas y platillos donde cada tajada es capaz de adoctrinar hasta el más impío.
El Santet, un local canalla y atrevido donde la cocina es la misma que hace tres años; una oferta sencilla, vermutera y divertida. Así lo quería David, dueño y carisma de El Santet; y sobre dichas creencias se crearon los cimientos del que ahora es el local por excelencia de Poblenou.
No te puedes escapar de aquí sin probar su bomba de Poblenou con salsa picante casera. Una auténtica maravilla gastronómica que se deshace en nuestra boca. Sin duda nuestro favorito de cada domingo para acompañar nuestro vermut al sol en una de las mejores terrazas de Barcelona.
Texto: Alejandro Moneva
Fotos: Anel González