Latazo

El mercado de Antón Martín es uno de esos bichos raros que sobreviven al empuje de lo contemporáneo en Madrid. Un mercado de abastos que, tras 75 años de historia, no renuncia a la tradición cobijada bajo su techo pero intentando reinventarse desde su alma vieja. Y, quizás el lugar perfecto para entender este cruce de caminos entre lo clásico, el barrio y el street food, sea Latazo: una barra que, en palabras de Antonio González -sociólogo, emprendedor y gerente del local- “actualiza el concepto de bodega clásica, de ese lugar donde los camareros conocen a los clientes y les llaman por su nombre”, sin perder su espíritu pero llevándolo hacia un concepto más moderno de “vermutería y gastrotienda donde todo el producto se puede consumir al momento o comprar”. Aunque aquí el vermut es sin duda el protagonista dentro una carta abierta que cuenta, actualmente, con 16 referencias entre marcas clásicas como Miró o Martínez Lacuesta, nuevos vermuts como Casa Mariol y aperitvos internacionales como Punt E Mes. Y se nota que Antonio sabe de que va esto del vermut, porque, no solo los sirve a la antigua usanza -con sifón o de grifo- sino que hace distintos preparados dependiendo de la marca y de lo que reclame el paladar del cliente, jugando con amargos y dulces para incrementar la placentera experiencia del aperitivo. La carta de tapas -media naranja del vermut- se renueva estacionalmente y se basa en una cocina de conservas made in Latazo con platos como el Viajero, con ingredientes de todo el mundo; el Calamar Oporto, base de pan de pita, calamar en aceite de oliva, cebolla caramelizada, germinado de guisante y oporto; tostas variadas, ahumados, salazones o encurtidos de Bombas, Lagartos y Cohetes de Vallecas.

“La cultura de salir de día esta en auge, a la gente cada vez le gusta más y el vermut es perfecto antes de comer y antes de cenar”-nos cuenta Antonio-. Así que, darse una vuelta por este renovado concepto de barra de mercado, tras la compra o después de trabajar, no parece un mal plan.