Si algo caracteriza a Leka, es su trato familiar. Hay parte del personal de cocina de este restaurante que vive en el primer y segundo piso del mismo edificio en el que se encuentra el negocio. El cocinero además vivió anteriormente en el edificio contiguo. Iván Enríquez es el gerente del restaurante, su hermano Ernest es el jefe de sala, y Arleny Medina, la mujer de Iván, es la encargada de marketing.
Este restaurante de Poblenou cuenta con 31 años de historia y su evolución ha ido a la par de la de este industrioso barrio. Leka ha estado gestionado siempre por la misma familia y actualmente el restaurante ya está en manos de la segunda generación. Generación que entró casi por accidente a la cocina, ya que Iván se metió en las cocinas de Leka a los 18 años cuando su madre tuvo que ausentarse por una operación. Fue su madre quien después de trabajar en las cocinas de un hotel de Canet de Mar decidió abrir su propio restaurante en Barcelona, y darle por nombre una palabra alemana aprendida de los clientes del hotel. La palabra era “lecker”, pronunciado algo así como “leka” y cuyo significado no podría encajar mejor para alguien que se dedique a la cocina: “delicioso”.
“La gente del barrio ha hecho posible el restaurante” comenta Iván, y está en lo cierto. El restaurante no sólo se ha mantenido gracias a la clientela de Poblenou, sino que los mismos vecinos han desarrollado tareas fundamentales en el nuevo Leka, reformado el año pasado. El Fab Lab, con su director -y cliente habitual- a la cabeza, Tomás Díez, ha creado un mobiliario para Leka que permite múltiples combinaciones según las necesidades del restaurante. Los estudiantes de escuela de diseño BAU -vecinos de Leka- han creado los delantales que lleva el personal. Y el estudio TL3 -también de Poblenou- ha sido responsable del nuevo branding. Además, este trabajo se comparte libremente mediante códigos QR localizados por todo el restaurante que permiten descargar planos y patrones. Y es que en Leka se comparten así hasta las recetas.
Porque no nos olvidamos de la cocina, cuyos platos también se prestan a ser compartidos, como la yuca frita con guacamole; la cazuela de mejillones aromatizados con jengibre, menta y albahaca; el carpaccio de buey braseado con salsa de remolacha asada, o su «Vuelve a la vida», una conserva casera de calamares, mejillones, gambas y pulpo. El chef es el venezolano Jonathan Domínguez, y sus recetas reflejan la “cocina de aquí, pero enriquecida también con productos de fuera” como dice Iván. De lunes a jueves el restaurante funciona con un menú de mediodía a 12’50€, y el viernes y sábado se puede comer a la carta y probar por ejemplo sus generosas hamburguesas o unos calamares a la parrilla marinados con salsa kimchi.
En Leka son fieles defensores de los productos de proximidad. Pero probablemente sean los únicos en aplicar esta premisa no sólo en la cocina, sino en la totalidad de su restaurante hecho por y para el barrio.
Leka
Teléfono: 933 00 27 19
Horario: Lunes a miércoles, 12:30 – 17:30
Jueves, 12:30 – 01:00
Viernes y sábado, 12:30 – 02:00
Precio menú: 12’50 euros
Texto: Gemma García
Fotos: Beatriz Janer