Es bien sabido que Francia constituye el referente gastronómico por excelencia mundial. No obstante, en la Edad Media los franceses entendían “gastronomía” como un concepto totalmente diferente, ya que esta hacía referencia a los banquetes imperiales cuyos platos eran todos servidos al unísono, en un “buffet”. Un menú completamente personalizado, donde el gusto propio y la imaginación de cada comensal cobraba el papel protagonista, tal y como sucede en Les Grands Buffets de la ciudad de Narbona, a tan sólo 2 horas de Barcelona en Renfe-SNCF. Un espacio gastronómico donde se recupera a diario el arte tradicional de la mesa francesa.
En nuestro país, en cambio, es escuchar la palabra buffet e inmediatamente imaginar el siguiente escenario: ingente cantidad de comida expuesta en bandejas bajo unas bombillas de calor amarillentas, platos llenos de comida formando pequeñas montañas, familias enteras levantándose continuamente de la mesa para repetir, como mínimo 5 veces cada uno, mientras los niños juegan y gritan entre mesas… El concepto buffet en nuestro país, tristemente, está muy desvalorizado.
Si conseguimos eliminar esta imagen y sustituirla por un gran espacio gastronómico, ante todo elegante, donde la abrumadora cantidad de comida tiene como protagonista la calidad del producto y la tradición gastronómica francesa, estaremos imaginando a Les Grands Buffets.
El restaurante se divide en varias secciones, como si de una tradicional cocina francesa dividida en brigadas se tratase: Les entreés, la rôtisserie, la mer, le fromage y les vins.
En primer lugar, veremos la fastuosa zona de los entrantes, seguida de la sección de mariscos, donde es imposible no quedar como mínimo anonadado con la fuente de bogavantes. Más adelante, la sección de quesos para la cual no hay adjetivos dignos a la abrumadora sensación de tener frente a ti 111 variedades entre las que elegir… La rosticería, un espacio desde el que puede verse la cocina abierta y a los cocineros en su interior trabajando con absoluta organización y destreza. Tras esta, la amplia selección de 70 vinos (a precio de proveedor) no dejan indiferente, verdaderamente todo un espectáculo enológico. Y ya, por último, la pastelería, una colosal variedad digna de ver: crepes, isla flotante, fuente de chocolate, tarte tatin y muchos, muchos, más…
La gran mayoría de adultos venera los espacios en los que se les permite ser feliz sin motivo aparente, emocionarse, hacer tonterías… es decir, sentirse como niños. Y en cierto modo, esta sensación se recrea en Les Grands Buffets, donde se puede comer carne antes de la ensalada, vino tinto con pescado y levantarse varias veces sin que nadie te mire mal. Es decir, un buffet permite romper con el protocolo general de la mesa, y esto es lo que origina inconscientemente esta felicidad.
Bien es cierto que visitar Narbona merece la pena, es realmente una encantadora comuna del sur de Francia, no obstante, su principal foco turístico es, sin lugar a duda, Les Grands Buffets: toda una atracción gastronómica. Que un restaurante devuelva emoción por algo tan cotidiano como es comer, hace que visitar Narbona merezca la pena.
Dirección: Rond point de la liberté. 11100 Narbonne
Horario: De lunes a viernes de 12h00 a 14h15 y de 19h00 a 22h00 / Sábado, domingo y vacaciones de 11h30 a 14h15 y de 19h00 a 22h00. Abierto 365 días al año
Precio: 35,90 euros
Fotografías: Ruth López
Texto: Estefanía Garcés