Día tras día, como si de un susurro se tratase, nos llegaban voces y cuchicheos de la existencia de una nueva marisquería en la zona norte de Gracia. Sorpresa la nuestra cuando nos topamos con ese letrero que decía: “Lluritu, marisquería desenfadada”. Nunca una descripción había sido tan acertada que aquella misma.
Pol Puigventós, Gerard Belenes y el actor Pau Roca, tres amigos de la infancia y compañeros de travesuras; han sabido retomar a la perfección el local de toda la vida, ese bar en el que nuestros padres se pasaban las tardes, un lugar de encuentro donde el producto es el protagonista. En Gracia, ese barrio que les vio crecer y tantos buenos recuerdos esconde, nace la marisquería del momento; esa de la cual todo el mundo habla.
Una idea que comenzó hace un par de veranos en una ruta gastronómica por toda la costa peninsular en busca del mejor pescado; y que hoy se ha convertido en una cocina cuya esencia es su producto fresco diario procedente de Galicia, Delta del Ebro, Mediterráneo Balear o Lonjas catalanas.
Es entrar en Lluritu y un haz de luz te deslumbra. Paredes blancas, mesas de mármol y un cartel luminoso en blanco que sirve de carta para todos los fanáticos de la barra. Su menú, tampoco dista mucho de aquello, escrito a mano te cuentan como lo hacen y de donde procede cada uno de sus platos. Sencillo, simple y eficaz. Y es que si vas a Lluritu vas a comer y punto.
Su nombre es una declaración de intenciones. Un recuerdo lejano de una bonita experiencia en aguas baleares donde probaron por primera vez el Lluritu. El primer recuerdo de estos tres compañeros de pupitre que años después daría nombre a este proyecto gastronómico.
Nos sentamos en una de sus mesas y nos atiende Pol con una de sus chaquetillas blancas marca Lluritu, a juego con la decoración, y nos marcha dos ensaladas. Una de tomate y otra de anguila del Delta del Ebro, que no podéis dejar pasar. Un par de pedazos de pan tostado y a limpiar el plato.
Probamos su nuevo bocadillo de sepia con almendras y salsa picante Rocoto, acompañado de un puñado de patatas fritas Bonilla. Y para seguir con nuestro viaje por el mediterráneo balear, nos saca unas gambetas a la plancha para chuparse los dedos. Lo decimos literalmente, porque en la mesa solo encontrarás esos míticos servilleteros con 150 trozos de papel que apenas limpian; esencia pura de un bar en el que sobran las moderneces.
Para terminar, no podía faltar la seña de identidad de la casa, el Lluritu. El único plato que hacen frito y acompañan con una pequeña guarnición de pimiento rojo asado. Un autentico viaje gastronómico por las costas españolas. Y como nosotros somos muy de dulce, terminamos con una mousse de galleta María casera.
Y si eres un maestro arrocero, apasionado culinario o simplemente quieres comer paella; te puedes pasar un domingo por aquí para degustar -o cocinar- un rico plato de arroz por 4€ la ración. Amigos, familiares o clientes, todos son bienvenidos para cocinar una paella de domingo, como manda la tradición.
En esta época de cambios, nace Lluritu, una marisquería atrevida y fresca en el barrio de Gracia. Ahora toca despedir al Raor para darle la bienvenida a la Dorada. ¡Aprovecha!
Carrer del Torrent de les Flors, 71, 08024 Barcelona
Horario: Miércoles y jueves de 19.30 a 23.30 horas / Viernes de 13 a 24.30 horas / Sábado y domingo de 12 a 23.30 horas / Lunes y martes cerrado
Precio medio: 30-35€
Texto: Alejandro Moneva
Fotos: Anel González