El giro del barrio de Poble Sec en los últimos dos años se ha notado en todas las guías gastronómicas. Más allá de la calle Blai se han ido abriendo pequeñas joyas culinarias alrededor que hacen que quieras ir a indagar que está sucediendo. Desde la genialidad de los hermanos Colombo al savoir faire de la familia del Elche pasando por la «gracia y salero» de Palo Cortao.
Aquí os ofrecemos una muestra de algunas razones por las que merece mucho la pena visitarlo.
“La idea era recuperar lo que no encontrábamos en Barcelona: hacer una cocina de Cádiz, con vinos de la región y ofrecer algo que no fueran pinchos ni fueran tapas pero siempre fuera buena cocina”, explica Fede. De hecho, el Cuarto y Mitad (que pronto pasará a llamarse Palo Cortao debido a un problema legal con el nombre original) es uno de los pocos sitios de Barcelona que sirve los chicharrones de Cádiz (hechos de panceta de cerdo y cortados en láminas muy finas acompañados de zumo de limón y pimienta).
Foto: Tanit Parada Tur
A manos del chef australiano Damien Bolger -ya conocido por ser el chef de Market cuina fresca en Poblenou- siempre pendiente de la temporada, trata de hacer cocina sorprendente, para conocer y descubrir, con productos básicos; “La comida está centrada en platos saludables pero sofisticados que le llevarán de vuelta a los recuerdos, los momentos y los lugares a los que amas. También le llevará en un viaje de sabores nuevos, lo que ayuda a crear otros nuevos” nos cuenta Damien.
Foto: Beatriz Janer
Casa Xica, tal y como su nombre indica, es un pequeño, íntimo y precioso restaurante en Poble Sec que cuenta con una exótica carta que te hará viajar alrededor de Asia. Raquel Blasco, Marc Santamaria y Esteban Puertas, amigos y socios, siempre se habían dedicado a la hostelería y fue a partir de un viaje a Malasia el que les dio el impulso para montar su propio negocio – “La forma que tienen de cocinar allí, las especies, la mezcla de sabores, los puestos de street food, etc. fue muy inspirador, todo lo que probábamos nos parecía delicioso. Así que al llegar sabíamos que queríamos montar nuestro propio restaurante”– cuenta Raquel.
Foto: Mahala Marcet
Cuando consigues mesa en el Xemei, eso de que sea el mejor restaurante italiano es irrelevante ya que no se ven muchos sitios como este, ni siquiera en su propio país. Es un restaurante singular que transciende cualquier tipo de catalogación, del mismo modo que Koy Shunka es mucho más que un restaurante japonés. Estamos seguros de que hay más de tres restaurantes en Barna que prepararan excelente pasta casera, salsas de pomodoro y, sí, pizzas memorables. Pero en Xemei van más allá de ofrecer buenos platos con el toque justo de creatividad y buen servicio. Cuando ocupas una de las pocas sillas que hay entre los dos locales unidos por la cocina tienes la suerte de probar recetas poco vistas de una parte concreta de Italia, preparadas con un gusto muy agudo e ideas claras marcadas por una personalidad que sueña con comida.
Foto: Cecilia Díaz Betz
-“En Mano Rota queremos huir de todas las etiquetas. No pretendemos ser un restaurante gastronómico al uso, ni ofrecer solamente cocina tradicional, ni tampoco queremos llevar toda nuestra oferta a los sabores más extremos. Por eso, ofrecemos un poco de todo ello”- cuentan Oswaldo y Bernat.
Ceviche de corvina y salsa de pimiento amarillo, caldo dashi con secreto ibérico, setas y algas, pulpo al carbón con panceta, suquet tai, stracciatella con berenjena, salsa de rabano y praliné salado de avellana oragout de tripa de bacalao con rigatoni son algunas de las claves de su fama ya extendida.
Foto: Mahala Marcet
Este negocio familiar lleva abierto desde 1914. Todo empezó cuando Quim, el bisabuelo del dueño actual, quiso abrir una bodega y encontró un pequeño local en el Poble Sec donde poder vender los vinos de su cosecha.
Especializados en conservas, tienen delicias como boquerones, mojama, navajas, ventresca de bonito o atún, berberechos, anchoas, almejas y una gran variedad de montaditos de los que os recomiendo el de puerro, piquillo y caviar, erizo con boquerones y chipirón con cebolla. Tampoco te puedes ir de allí sin probar la torta del Casar con castaña o cualquiera de sus quesos.
Foto: Lita Bosch
“Hace años, cuando en las casas todavía no había neveras, el Sortidor abastecía de hielo al barrio del Poble Sec. Más adelante y durante cuarenta años, la familia Janiu sirvió las mejores anchoas de Barcelona acompañadas de un buen vermut” así nos cuentan la historia de como nació un lugar tan emblemático en el que hoy en día puedes ir a compartir buena comida de ayer y de ahora.
Foto: Mahala Marcet
En 1959, Andrés Iborra y Carmen Vicente abrieron un pequeño bar en el barrio de Poble Sec. Con una cocina sencilla y autóctona, se especializaron en arroces y divulgaron la buena gastronomía levantina. Con Carmen a los fogones preparando los clásicos de su tierra, el Elche ganó una increíble fama en una época en la que aquella zona, donde estaba todo el movimiento farandulero gracias a los teatros del Paral·lel, era el centro neurálgico cultural.
Los arroces y fideos levantinos son su secreto: rossejat de fideos con langostinos y pescado de roca napado en alioli, arroz con costra de pollo y embutido con gratinado de huevo típico de Elche, arroz negro con calamarcitos y alcachofas, arroz a banda con cigalas y langostinos, paella de bacalao y ceps o la paella mixta parellada pelada de “senyoret” son las claves de su éxito.
Foto: Beatriz Janer