Un pedazo de pan partido por la mitad y relleno de todo aquello que disponemos en nuestra despensa. Así lo hacían nuestras madres; y así nos gustaban nuestros almuerzos en el cole. Y es que ese formato tan tradicional, tan arraigado a una sociedad donde no sabríamos vivir sin pan, no se ha perdido y gracias a Dios seguimos pudiendo pedirnos un buen bocata.
En Barcelona se sigue haciendo culto a esa merienda que tanto nos chiflaba de peques; a ese almuerzo que levantaba pasiones en el recreo y que tanto nos costaba compartir hasta el punto de llevarnos algún bocado en el dedo tratando de impedirlo, esas competiciones de que mami se lo curraba más. Nosotros éramos muy de bocadillo de chocolate, pero bueno estas cinco bocadillerías tampoco se quedan atrás.
¡Si llega el Apocalipsis, que llegue; pero que no nos quiten el pan!
Que os voy a contar que no sepáis ya. Este encantador local de Poble Sec, resultado de un amor de madre pasional y alentador, se ha convertido en el favorito de muchos. Rubén y su madre, la cocinera y comandante de este esperanzador proyecto, ofrecen platos tradicionales con un toque moderno e innovador característico del “niño de la casa”.
Un bar especializado en platillos y bocatas cuyo ingrediente protagonista es el cerdo, como su nombre indica. Y es que, en poco tiempo, se ha convertido en un incondicional de la gastronomía local siendo el lugar perfecto para los más nostálgicos que añoran la “cocina de mama”.
Nosotros somos adictos a su oferta de bocadillos que va rotando según la temporada; dejando volar la imaginación de estos expertos bocateros. Y es que cada día que vamos se las ingenian para inventarse un bocado mejor que el anterior. Nuestra última perdición, su bocata de albondigas de secreto ibérico. Especial del mes que nos tuvo arañando su puerta día tras día pidiendo más de este clímax gastronómico.
Bocadillos, tapas y mucha tradición en este pequeño local de Poble Sec donde regresar a nuestra infancia a través del paladar.
Los chicos de Eureka Street Food se han arrejuntado con Juan, melómano empedernido y fanático de ese estilo californiano tan arraigado a este incansable food truck que vemos en todos los saraos.
Gringa así se llama el nuevo hogar de esta pareja de nómadas que finalmente han logrado asentarse en un lugar físico, atraídos por su objetivo de una vida sedentaria; eso si, sin dejar de lado los cotarros que tanto le gustan.
Un espacio amplio, lleno de luz natural y en pleno barrio del Raval donde ofrecen todo tipo de bocados de herencia californiana y latina. Aquí cada plato es meritorio de alabanza, pero vamos a lo que vamos; ¡The Fried Chicken Bun! Un híbrido entre hamburguesa y bocadillo servido en Bun capaz de teletransportarte al mismísimo sur de California donde esa cocina latino-americana se apodera de las calles de L.A.
Pollo frito, cheddar, Slaw de lombarda en lima, pepinillos y salsa de chipotle y miel en pan brioche artesanal. Una auténtica bomba de relojería que explota en nuestro paladar dejándonos impregnados de sabor, texturas y aromas. That’s how it is!
Foto: Anel González
No hace mucho os hablábamos de este enclave gastronómico, bien pues poco a poco se ha agenciado en lo mejorcito del panorama culinario barcelonés. Capitaneado por Marco, Dario y Giuseppe, Blu Bar es el local perfecto para pasar un buen rato mientras disfrutas de sus variedades de platos mediterráneos, desde aperitivos y ensaladas hasta pizzas y bocadillos gourmet.
Nos queda al ladito, y eso es un error. Día si y día también pasamos por aquí para zamparnos uno de sus bocadillos. Tenéis que probar su Saltimboca italiano con mozzarella de búfala, tomate, aguacate, cebolla y rúcula. Su versión veggie de un sandwich que levanta pasiones. Ligero y delicioso, perfecto para repetir una y otra vez.
Así que ya sabes, seas o no amante del surf, si quieres disfrutar de un buen bocadillo, Blu Bar es el lugar perfecto para ponerte las botas rodeado de un ambiente cool y cercano.
Foto: Anel González
Un proyecto fruto de una conexión latino-italiana de sus dos socios, quienes han sabido escoger y difundir una filosofía culinaria que escasea en la ciudad. Un formato take-away de schiacciata rellena en el barrio del Born.
Una oferta gastronómica exclusivamente italiana que gira entorno a una selección de los mejores embutidos de la región expuestos como trofeos en su vitrina. Su carta es muy simple. Escoges tu bocado favorito y añades tantos extras como guste. Sencillo, barato y directo al paladar.
La espera vale la pena una vez probamos el favorito de todos, el gran Colosseo. Porchetta con extra de pecorino toscano con un toque de nueces y trufa. Irresistible bocado que nos hace salivar. ¡Italia entre cuatro paredes. Italia en Narciso!
Foto: Anel González
Si pasas por delante de este establecimiento sin fijarte demasiado, podrías prejuzgarlo como un local pequeño y una oferta acorde con otras cafeterías de la zona, pero la cafetería Bow es mucho más.
Bow es el local perfecto en el que disfrutar de un café de calidad acompañado de un bowie (así llaman a sus minis) de embutido catalán. Imposible resistirse a uno de sus bocadillos, lo mejor es que vengas y los pruebas todos. Periódicamente o de golpe, como gustes.
Viva el producto de proximidad, vivan los locales acogedores y viva el Bow. Lo que Bowie ha unido, que no lo separe nadie.
Fotos: Uxía Estévez
Juan Latuff y Alejandro Bringas, ambos venezolanos, se conocieron en las cocinas del restaurante Rojo y Negro; fue entonces cuando decidieron abrir su propio local. Así nace Chivuo’s, un concepto gastronómico basado en Slow Street Food con una amplia carta de deliciosos bocados bien elaborados.
Una cocina americana con aires irlandeses en el centro de Barcelona. Aquí mezclan a la perfección su herencia americana con su pasión por la cerveza artesanal, que van rotando mensualmente.
Su irresistible “El Cerdo” es de estricta obligación. Una hamburguesa de pulled pork cocinado a baja temperatura por unas 18 horas, con un toque de su salsa barbacoa casera y una ensalada de col agridulce. Todo ello envuelto en un pan artesano salado; y acompañado de patatas especiadas con pimentón y ajo. ¡Una verdadera delicia!
Foto: Anel González
Texto: Alejandro Moneva