Valencianos, ya estamos en fallas, con esta frase comienza cada año el mes de marzo. Unas fiestas que se han convertido en Patrimonio Cultural de la Humanidad, y no es para menos. Las calles de la ciudad huelen a pólvora, saben a chocolate con buñuelos y en ellas se respira la pasión por el arte, el humor y la creatividad. Una fiesta originalmente pagana en la que se celebraba el inicio de la primavera, quemando todo lo que ya no servía y utilizando la sátira como medio para criticar tanto a políticos como a males sociales o de otro tipo y un modo de expresión de nuestra historia y tradiciones .
Hoy en día son una de las fiestas más populares de nuestro país y sin lugar a dudas la más importante de la región de Valencia. Y no hay Fallas sin buñuelos, un dulce que junto con una buena taza de chocolate caliente nos acompaña en los días fríos.
Este tradicional dulce se lo debemos a nuestros antepasados árabes, quienes introdujeron la receta en nuestro país, primero en los Califatos y posteriormente llegó a nuestra querida terreta. Ellos freían la masa en aceite y lo bañaban en miel, como sucede con la mayoría de sus postres tradicionales.
Antiguamente los buñuelos se hacían con productos básicos y disponibles, por tanto las recetas mas elementales eran a base de calabaza, harina y levadura, nada más. Actualmente la elaboración lleva más ingredientes como huevos, azúcar, piel de naranja y limón, o incluso canela. Eso sí, la estrella de los buñuelos valencianos sigue siendo la calabaza. Aunque ya hay novedosas recetas que incluyen higos secos en el interior del buñuelo, dándole así un toque muy especial.
La masa se fríe y luego se le añade azúcar y se moja en una buena taza de chocolate caliente. Es ideal tanto para comer en una terraza al atardecer como para pasear por la calle mientras se visitan las mejores Fallas o para ver los juegos de luces en la zona de Ruzafa, o incluso acompañando el espectáculo de la Nit del Foc, ese castillo de fuegos artificiales tan espectacular.
Durante las fiestas simplemente paseando por la ciudad encontramos innumerables casetas con buñuelos, churros y chocolate. Pero las mejores son sin duda, las de locales valencianos con historia y tradicionales como:
- Santa Catalina, es uno de los mas antiguos, situado en pleno casco histórico, donde están deliciosos tanto los buñuelos de calabaza y de viento como sus ricos chocolates a la taza.
- Chocolates Valor, es todo un clásico español, y como su propio nombre indica son expertos en chocolates, su carta cuenta con una extensa variedad de estos.
- Fabián, además de una buena variedad de buñuelos tienen una excelente coca de llanda.
- El Collado, otro de los grandes clásicos de la ciudad que cuenta ni más ni menos que con125 años de historia y se sitúa cerca del Mercado Central.
- Buñolería El Contraste, en pleno corazón de Ruzafa, donde no puedes dejar de probar una variedad atípica: sus deliciosos buñuelos de naranja.
- Bea y La Fábrica de churros, también en el barrio de Ruzafa son una de las churrerías más tradicionales pero también tienen unos increíbles buñuelos.
Texto y fotografía: Laura Torres