Los bocadillos nos acompañan desde siempre, en todas sus formas y combinaciones. Cada país tiene su bocado propio clásico y no tan clásico. Aquí te mostramos algunos de los «nuevos» bocadillos que puedes encontrar y probar en el centro de Madrid, ¡para que nunca te aburras de ellos!
Pocos son los que han probado alguna vez un bao y no se han quedado enamorados del mismo. A veces suele ser por la textura del pan, otras por su relleno. Sea como sea, en lo que sí coinciden todos es que es el plato de moda, o mejor dicho, el bocado de moda. En el centro de Malasaña, el local diseñado por el arquitecto Javier Soldevilla y pensado por 3 amigos (Nader, Nico y Alvaro), no está ideado como un restaurante (aunque pueda albergar algunos comensales en alguna de sus barras) al uso, sino como un puesto en el que aprovechar para pillar un par de ellos y seguir dando una vuelta por Malasaña mientras los disfrutas.
Foto: Diego Díez
Chuka es la versión japonesa de la gastronomía china, una cocina que los emigrantes chinos integraron en la mesa del país del sol naciente con la fusión en platos emblemáticos como el ramen y la reinterpretaciones del dim sum.
John Husby, Rodrigo García y Lorena Mauri son el cerebro y motor de esta demoledora propuesta culinaria situada en el corazón del Barrio de las Letras. Pero, el apellido Ramen Bar es algo engañoso, la carta de Chuka propone mucho más que estas mágicas y complejas sopas de fideos. Otra de sus especialidades son los Bao Buns: bocadillos taiwaneses al vapor de pulled pork, pollo frito o shiitake.
Foto: Diego Díez
Pan francés recién horneado, mayonesa japonesa, encurtidos caseros, carne, pepinos y hierbas frescas. Estos son los ingredientes del Banh Mi , bocadillo fusión que nació en el siglo XIX cuando Francia colonizó Vietnam. Hasta allí los franceses llevaron sus famosas baguettes y los vietnamitas supieron sacarle el máximo provecho posible rellenándolas de los ingredientes y condimentos locales para conseguir un bocadillo único.
En The Big Banh encontrarás diferentes opciones todos ellos con el marinado especial con el que cocinan las carnes y sus encurtidos caseros. El punto sorprendente llega al final, con la salsa sriracha y el cilantro. Como buen local de bocadillos, todas sus opciones se pueden pedir para llevar.
Foto: Elena R. Feijoo
Es un restaurante en Malasaña que tiene en su esencia el espíritu creativo y diferenciador de una de las zonas más originales de la capital. La idea de Víctor Aleñar, su dueño, era y es hacer un restaurante divertido, el típico sitio donde irías en una primera cita.
A lo largo y ancho de la carta se notan dos cosas, una deliciosa influencia sudamericana y asiática y las ganas de sorprender y hacer que la gente pase un buen rato pagando un precio mucho más que razonable.
Foto: Daniel Muñoz
Productos de calidad cocinados a fuego lento. Este es el lema de Slow Mex, un restaurante situado en el barrio de Malasaña que ofrece una carta de recetas tradicionales mejicanas pero adaptándolas a otras culturas.
Su cocina es sinónimo de Slow Food, un movimiento que promueve un estilo de vida basado en productos naturales cocinados con mucho cariño y comidos con calma. Pero si hay algo que hay que destacar, es que en Slow Mex trabajan para ofrecer a sus clientes una amplia oferta de platos mejicanos diseñados para todos los gustos.
Foto: Elena R. Feijoo
Hay un rinconcito mexicano al que todo el que vive en Madrid ha acudido cuando entra el hambre matador que exige un buen taco. Mi Ciudad fue la primera que trajo el concepto de “taquería” a Madrid.
Comerte un par de tacos a precio más que razonable, beberte un par de cervezas y salir de nuevo por la puerta. Será que en Mi Ciudad el secreto está en tomarse las cosas muy en serio, de disfrutar con los amigos, pasar el rato e hincharse a tacos.
Foto: Marcos Ortiz