Aunque esté situado en plena Rambla de Barcelona, Louro es un lugar que se encuentra apartado de la multitud. En un entorno de lo más auténtico, sin tener en cuenta en la ciudad en la que se encuentra, subimos a la 1º planta “Do Centro Galego” donde nos adentramos en el sabor de la Rías Baixas, con la tradición y modernidad que su gran equipo nos transmite con su buen hacer tanto en la cocina como en la sala.
A primera vista la elegancia y tradición priman en el espacio. Con una zona de bar y una sala en dos espacios cuya decoración que no deja indiferente a nadie. Pero cuando nos referimos a su comida, gallega a muerte, sí encontramos un pequeño guiño más moderno. Esto se aprecia en la forma renovada y moderna en la que manipulan sus productos.
Aunque es imposible que un restaurante gallego vaya dirigido exclusivamente a personas vegetarianas, en su carta encontramos muchas opciones para aquellas personas que lo deseen.
Tras entrar el año pasado a concurso, Louro finalmente fue adjudicado a Guillermo Dosil y toda su tropa de amigos, socios del restaurante, cuya ilusión era pasar a formar parte de la historia del Centro Gallego. Con la ayuda de Mariano, jefe de cocina, desde febrero la carta ha dado una giro de 180º. Su objetivo: conseguir traer al restaurante cada día pescado de lonja gallega, adaptándose al mercado.
Tuvimos el honor de degustar algunos de los platos que Mariano junto con todo su equipo de cocina nos prepararon. Comenzando con una croqueta de cocido gallego poco convencional, ya que no es la típica croqueta de bechamel, sino que se puede ver toda la sustancia que le han echado al caldo. Pasamos a unos mejillones de batea con curry amarillo y laurel, unas zamburiñas con parmentier y papada ibérica, y unas tostas de sardina ahumada con pan de Cea y queso del Cebreiro de lo más sabrosas.
Pero cuando creíamos que nada nos podría ya sorprender, aparecieron las almejas salvajes a la marinera, con un sabor tan potente que nadie podría olvidar. Seguidas del pulpo, no el típico a feira, sino un pulpo crujiente servido sobre una base de carbonara de grelos, con ajada y ficoide glacial.
En Louro además, encontramos pequeños guiños a la gastronomía catalana, por ejemplo con el siguiente plato: una merluza de pincho tratada de una forma estupenda, con una cocción a baja temperatura respetando siempre lo máximo posible todas sus propiedades y que le aporta una textura sin igual que describen a la perfección el sabor de Galicia. Va acompañada de un guiso marinero y guisantes del Maresme, junto con un cremoso de coliflor con un punto suave de aceite de oliva.
Y, ¡que no falte el postre!. Para acabar con un toque dulce y cerrar esta velada tan estupenda, nos deleitaron con un plato de leche frita, helado de coco y merengue italiano que muchos se pelearían por probar.
Rambla dels Caputxins, 37, 08002 Barcelona
Teléfono: 937 30 82 80
Horario: De miércoles a domingo de 19:00 a 23:30h, sábados y domingos de 13:00h a 15:30h.
Precio medio: 40€
Texto: Elena Olaran
Fotos: Uxía Estévez