Luis Arévalo se ha consolidado en Madrid como uno de los referentes y precursores de la comida nikkei. Arévalo fusiona la comida que lo vio nacer, la peruana, con la que sentó las bases para consolidarlo como un chef profesional, la japonesa. Su paso por por el grupo Kabuki y por restaurantes como 99 Sushi y 19 Sushi lo alzaron al éxito hasta que con Nikkei 225 encandiló a la ciudad con su originalidad. Después de años de largo trabajo y esfuerzo por fin abre KENA: su nuevo hogar en el barrio de La Guindalera.
¿Dónde estudiaste cocina?
Estudié Ingeniería Agronómica y Administración de Empresas. No terminé ninguna porque no era lo que buscaba. Al final, después de estar haciendo mil cosas, mil oficios y buscando encontrar lo que realmente quería hacer, me encontré con la cocina y dije: “es esto lo que quiero”. A mí me gustaba mucho el tema de comunicar, de expresar: hacía teatro, cantaba, fui locutor de radio también. Hice mil cosas y me encontré con que la cocina me daba esa posibilidad de expresar y comunicar.
¿Cómo te encontraste con la cocina?
A mi madre le encantaban los libros de cocina. Los coleccionaba pero no le gustaba cocinar. Los compraba para ponerlos en la estantería, entonces el que hacía y deshacía con los libros era yo. Si había una fecha especial, buscaba una receta y le decía “mamá, hágame la compra y yo cocino”. Realmente nunca me planteé la posibilidad de dedicarme a cocinar, estamos hablando de poco más de 30 años y en mi ciudad había una mentalidad muy cerrada. No estaba bien visto que un chico “bien” fuera a ser cocinero. Me costó mucho. Trabajé mucho tiempo sirviendo copas, pero me cansé de la noche. Por ahí me dijeron que un restaurante japonés necesitaba barman. Yo no era barman pero me presenté y después de las pruebas me dijeron que me quedara. Con la buena suerte de que la barra del bar y la de sushi estaban juntas. Mientras yo servía mis copas podía estar viendo lo que hacían los maestros. Aprendí mirando. A los tres meses faltó un cocinero con el restaurante petado y me pusieron a mí a hacer rollos. Nunca los había hecho pero me gustó. Hablé con los dueños y pedí permiso a los maestros y me dieron la oportunidad de aprender y estar en la cocina durante dos años limpiando pescado, lavando arroz, barriendo, haciendo de todo. Empecé de cero.
¿Qué te trajo a Madrid?
Llegué a un límite en la empresa donde estaba (en Chile) en el momento en que decidieron hacer cambios y reducir costes. ¿“Volver a Perú? ¿Para qué voy a volver a Perú? Así que con todas las ganas del mundo hablé con unos contactos que me habían propuesto irme a Suiza. Estuve una temporada allí y por temas de documentación, idiomas, etc. no pude quedarme. Entonces, ¿qué hago? Pues me voy a Francia. Tenía unos parientes en Marsella y ya allí les dije que quería irme a trabajar a París. Me dijeron: “si ya en Suiza fue difícil, en Francia va a ser peor con el idioma, nunca vas a poder regularizar tus papeles… Si quieres, después de comer hacemos bocadillos, compramos agua y te llevamos a Barcelona”. No pude quedarme en Barcelona por falta de trabajo y de un lugar donde quedarme y decidí venirme a Madrid. Esa misma tarde que llegué fui a un locutorio a hacer el curriculum. Cogí una guía telefónica, busqué las direcciones, teléfonos y paradas de metro de todos los restaurantes japoneses y a la mañana siguiente fui a dejar los curriculums a todos lados. Empecé a trabajar en Kotobuki, el obrador de Kabuki.
¿Eso hace cuánto fue?
Once años. Eventualmente me dieron mis papeles, me empezaron a rotar en el restaurante en la calle Presidente Carmona y se fueron abriendo más puertas. Empezaron a llevarme a eventos y cuando estaba próximo a abrirse el Wellington ya me dejaron fijo en el de Presidente Carmona. Después de tres o cuatro meses me llega la propuesta de Sushi 19 de Gran Vía. A los dos meses me proponen abrir el Sushi 99 de Ponzano y al año abrimos en Hermosilla.
¿Después de haber formado parte de tantos proyectos y cocinas, qué se siente al tener KENA, tu propio restaurante?
Mas que satisfecho. Feliz. Es el sueño máximo. El sueño cumplido en todas sus formas porque es como me lo imaginaba. Pequeñito, oscuro, tipo tabernita, con luces bajas, sencillo. Muy cercano y personal. Es como siempre me imaginaba que tenía que ser un local propio.
¿Cuál es tu estilo de cocina?
En esta cocina (nikkei) no hay nada escrito, es algo que está en el aire. No hay un recetario. Cada cocinero que hace este tipo de cocina tiene su propia visión. Me he formé como cocinero con la cocina japonesa, así que lo que hago es añadirle ingredientes peruanos, manteniendo el respeto por el producto. No giro en torno a un recetario como tal, me manejo más con ingredientes.
¿Qué productos no pueden faltar en tu cocina?
Los cítricos, la soja, el miso, los ajíes, las algas.
¿De dónde provienen el pescado que usas en KENA?
Para que el pescado sea de calidad y fresco tiene que ser español. Una vez a la semana me llega un hamachi fresco directamente desde Japón. Viene incluso con víceras y agallas rosas, es decir, más fresco no puede estar.
¿Cuál es tu bebida favorita?
A mí lléname la vida de gin tonic, pero sin macedonias.
¿Hay algún plato que eches de menos de Perú y que aquí no encuentres o por algún motivo no puedas replicar?
Hay un plato que se hace en la selva peruana, una especie de papillote y lo hacen con la hoja de una palmera que solo se da en esa zona. Esta hoja tiene la particularidad de que al contacto con el fuego da un aroma y un sabor muy especial al producto que envuelve. Imagínate un pescado de río envuelto en esta hoja y luego puesto en la parrilla. Maravilloso. Esos aromas me recuerdan cuando iba los sábados por la mañana al mercado con mi madre y me pedía patarasca.
¿Tu restaurante favorito?
Sacha. Cocina casera y sencilla respetando el producto. Soy muy fan de Viridiana también.
¿Algún restaurante peruano en Madrid que nos recomiendes?
Tampu, en Prosperidad.
¿Y algún japonés?
Miyama de Castellana.
La cocina nikkei la bordas pero, hay algún plato de la cocina española que digas “éste me sale de maravilla”
Soy muy fan de los callos, y creo que los que yo hago están muy buenos.
Si nos invitas a cenar a tu casa, ¿qué nos cocinarías?
Ceviche. También me gusta hacer el pescado a la parrilla con plátanos asados. Los chancas y los mezclas con manteca de cerdo y trocitos de torreznos y se hacen haces unas bolitas para acompañar el pescado. Luego, una sopa de harina de maíz y cacahuetes con unos trozacos de yuca y gallina. ¡Y muchos gin tonics y vino de la tierra!
Entrevista de Paula Móvil y retratado por Marcos Ortiz, Madrid 2014.