Pocas personas son capaces de destilar una historia a través de la cocina como lo hace Stephen Anderson. Cargada de exotismo, perfectamente hilada con un lenguaje alegre, arriesgado y emocionante. Una historia inspiradora, protagonizada por esas mujeres “independientes y valientes” de las que desciende y los lugares por los que pasaron.
Esta historia empieza en el mercado de Moulmein, Birmania, donde Sir William Carr, un juez inglés, se enamoró de la bella vendedora de cheroots (puros birmanos). Ella es Ma Khin, la bisabuela de Steve y el hilo conductor del viaje gastronómico en el que nos embarca el café que lleva su nombre.
La cocina del Ma Khin Café nos traslada al periodo de decadencia colonial en el sudeste asiático, en un viaje por Birmania, China, Malasia, India e Inglaterra, lugar donde nació Steve. Lo hace a través de platos tradicionales, honestos con el origen, que no fusionan. Una apuesta que convierte su oferta gastronómica en algo inédito en la ciudad capaz de sorprender a los paladares más viajados.
La carta está llena de extremos y sabores puros: especias, ácidos, dulces, fermentados, picantes… Algunos platos, como la ensalada india con aloo bonda, tienen tantos ingredientes que son casi imposibles de retener. Otros, como las alitas confitadas con salsa coreana para comer con las manos, nos recuerdan que aquí lo que quieren es que nos sintamos como en casa.
La espectacular materia prima del producto del mar se potencia con sabores orientales: curries, salsas y hierbas aromáticas. Entre los platos estrella que materializan el espíritu Ma Khin están sin duda el Won Ton con magro de cerdo y gambas o el picante Khao Sai con huevo ecológico a baja temperatura. Y para los que amen el dulce, hay premio: la repostería del Café llena permanentemente una vitrina de tartas. No intentes resistirte, no funcionará.
Por arriesgada que pueda parecer su apuesta, el ajetreo en Ma Khin es constante tanto en la sala como en la otra parte de su emblemática cocina abierta. Ubicado en el modernista mercado de colón, puede que en su éxito también haya colaborado su interiorismo refinado de gusto nórdico plagado de notas coloniales. O puede que el secreto sea, tal y como reza su lema, una cuestión de tiempo: “Going slowly, coming nicely”.
La cuestión es que el Café, haciendo honor a su nombre, se ha convertido en un punto de encuentro con una oferta frenética: cursos de cocina, meriendas, desayuno inglés y afternoon tea.
Mercado de Colón, Carrer de Jorge Juan, 19, Valencia
Horario: Lunes a Viernes de 13:00h a 00h, Sábados de 9:00h a 00h y Domingos de 9:30h a 00h
Texto y fotos: Marta Pascual