Restaurante Madame Sushita

La aventura de Madame Sushita comienza cuando uno se adentra en el número 15 de Paseo de la Habana. Allí, una la luminosa terraza con sombrillas y sofás de inspiración colonial y opulentas mesas de porcelana con motivos orientales reciben a clientes que desean vivir, sentir y saborear Japón en todos los sentidos. Una vez dentro, ocurre la magia. Estanterías repletas de libros, paredes empapeladas y materiales típicos de la cultura japonesa como es el mimbre conforman el escenario ideal donde probar la japo-fusión Sushita.

Se trata del cuarto local de la cadena de restaurantes del Grupo Sushita donde saborear especialidades japonesas de calidad. Abrió hace apenas cuatro meses pero ya se ha convertido en lugar de referencia para auténticos foodies. Las gracias hay que dárselas a esa extensa y variada carta que ofrece los bocados más típicos de la cocina japonesa a través de originales tatakis, tiraditos, ceviches, makis y noodles.

¿Qué pedir? Para ir abriendo boca y acostumbrar al paladar a la fusión de sabores, unas gyozas de wagyu con mermelada de tomate y albahaca, una samosas de pollo al horno con salsa de aguacate y lima y los nuevos makis de cangrejo real (King Crab) o el Black Cod, de bacalao negro. Para continuar el viaje es imprescindible apostar por la pasta fresca con harina orgánica (de uva roja o tinta de calamar). Entre las que el local ofrece recomendamos sin dudarlo La Mien con trufa y huevo escalfado y la de tinta de calamar con sepia y langostinos salteados, muy diferentes entre ellas pero ideales para compartir. Como no podía ser de otra forma, los nigiris son una de las especialidades de la casa y por ello encontramos más de diez tipos. No dejes de probar el de huevo de codorniz con jamón y crujiente de patata, muy ‘typical spanish’ pero realmente delicioso, o el de salmón salvaje. Y para endulzar el paladar, nada como unos polos artesanos de fruta natural de yogur con higos, fresa y frambuesa o toffee con almendra.

La experiencia de Madame Sushita no sólo se siente en las paredes de sus locales o en sus platos, también en sus combinados. Entre los más famosos el ‘Beso de Panda’, un cóctel a base de ron añejo con zumo de naranja y lima con un toque de canela y, lo mejor, bitter de chocolate. Una explosión de sabores solo apta para paladares atrevidos.

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