Marquise Decadente, el placer de pecar con un buen dulce

Nos adentramos en el paraíso absoluto de los adictos al dulce, de los que esperan el postre con más ansia que el primer y segundo plato; La cafetería La Marquise Decadente te incita a caer en el pecado de probar los dulces, bizcochos y pasteles más jugosos y sabrosos que puedas imaginar. No intentes resistirte y contar calorías, pásate al lado del placer y como dice Milagros, fundadora de tal paraíso del exceso, “nosotros cerramos la puerta y que aquí pase lo que quiera”.

No te dejes engañar por el adjetivo “decadente”, pues está relacionado con la época decadente del siglo XIX (que exaltaba la búsqueda del placer) y con la historia de la Marquesa Decadente, una mujer de la época conocida por sus desbordantes fiestas y su gusto por la repostería. En contra de los deseos de sus padres por casarla, la marquesa decidió viajar por el mundo y conocer los placeres que nos mueven. Así nació la Marquise Decadente, con el prefijo de ofrecer todas las delicias del mundo en forma de dulces y pasteles.

Ambientado en la época de la Belle Epoque, no queda ni un hilo sin coser; la música clásica, la vajilla y la decoración rococó te transportan siglos atrás para que, cuando te sirvan una de sus tartas, sientas que estás en una de las fiestas de la marquesa. Milagros tiene pasteles para todos los gustos; más dulces o más salados, más grandes o más pequeños; sin gluten, sin lactosa e incluso veganos; el objetivo es satisfacer los deseos de todos los paladares a través de la mejor combinación de sabores.

Des del Carrot cake hasta el mítico Pastel de Chocolate, disfrutamos de dulces como el Bakhlava (de procedencia árabe), los Cinamon rolls, el Quindim brasileño o la tarta Medovik, quizá la más sorprendente de todas pues, aún estar elaborada con crema y miel, es la menos dulce de todas, aunque no por ello es menos sabrosa. Tampoco falta el Lemon Pie o el Pastel de 3 leches, un postre latinoamericano remojado en tres tipos de leche adaptado al estilo peruano. Acompaña tales delicias con la mejor selección de tes y cafés servidos en tazas dignas de la vajilla personal de Maria Antonieta.