Martín Azúa pertenece a esa categoría de diseñadores que considera los métodos experimentales como parte fundamental del proceso de diseño. En este proceso, se siente particularmente interesado por la incorporación de los procesos naturales en la vida cotidiana y la utilización de recursos artesanales para salvaguardar la diversidad cultural y tecnológica. En este camino, recientemente ha presentado una editorial de objetos realizados en colaboración con pequeños talleres y artesanos.
Este diseñador de origen vasco (Vitoria), que lleva desde el año 1994 trabajando en Barcelona compagina su actividad profesional como diseñador de objetos y espacios con un trabajo más especulativo. Sus creaciones ya forman parte de colecciones como la permanente del MoMA de Nueva York, del Vitra Design Museum o del Museo de Artes Decorativas de Barcelona.
Entre sus obras se encuentran numerosas alusiones al binomio diseño y gastronomía entre ellas el conocido neo-rebotijo, food line, cutlery y dish cup ring, entre otras. Además del comisariado de exposiciones como “A la mesa” y “Foodjects”.
En esta entrevista exploramos su relación con la gastronomía desde el punto de vista profesional y personal.
Martín en tu trabajo se ve una marcada tendencia a crear productos relacionados con “el comer” ¿Qué relación tienes con la gastronomía?
En mi vida cotidiana cocino poco, soy, lo que se podría llamar, un “usuario de servicios gastronómicos”. Sin embargo, en mi trabajo como diseñador he colaborado con algunos cocineros como Ferran Adrià, Carles Abellan, Guillem Oliva, etc. diseñando espacios o utensilios de cocina.
En ese sentido, observamos que las dos disciplinas creativas comparten objetivos o motivaciones en común ¿qué factores crees que une a las dos disciplinas? ¿Cómo crees que se vinculan diseño y gastronomía? háblanos un poco de tu trabajo en este campo…
El diseño interviene en todos los aspectos de nuestro entorno y por supuesto en la gastronomía. La gran notoriedad de la gastronomía española en los últimos años tiene mucho que ver con la imagen de modernidad que ha proyectado. Todos los cocineros mediáticos utilizan los servicios de diseñadores para innovar en las presentaciones, los espacios y la comunicación. Creo que se ha abusado en cierto sentido y ahora se buscan experiencias más tranquilas y auténticas.
Un lugar para viajar y un recuerdo gastronómico en él.
Japón, el mercado de pescado de Tokio, comiendo sushi con te verde.
Un plato de tu infancia que recuerdes especialmente.
El flan de huevo de mi madre, siempre imperfecto de forma, pero buenísimo de sabor.
Un restaurante.
El Ancoradouro en la isla de Pico Azores.
Un plato.
Espetada de pescado en el Ancoradouro.
Un producto.
El vino blanco frío.
Un trago.
Spritz en Venecia.
Si nos invitaras a cenar a tu casa, ¿qué nos cocinarías?
Me gusta más organizar comidas, mi plato estrella es cordero al horno.
Una cafetería.
Bodegueta Cal Pep en Gracia, Barcelona.
Un cacharro.
Un recipiente para la soja que me compre en Japón.
Un truco.
Poner el cordero a remojar un par de horas antes de meterlo al horno.
Entrevista realizada por Naila Tahbaub Rivadulla.
Fotos cedidas por Martín Azúa.