El final feliz sí que importa: los mejores postres de Madrid

Sabemos que la fijación que en Plateselector tenemos por el dulce es alta. Basta con echar un vistazo a algunos de nuestros especiales top -véase el de las mejores torrijas o palmeras de hojaldre de Madrid – para darse cuenta de que somos golosos. Es por ello que hoy hemos querido recordar algunos de los postres favoritos de la redacción de los siguientes restaurantes madrileños. Porque no hay nada mejor que una comida con final feliz ¿Nos acompañas?

Carbón Negro

Poco podemos decir de este postre que no sepáis-o hayáis experimentado- ya. Cremosidad y sabor en estado puro que desde hace unos meses podemos saborear en el sofá de nuestra casa. Y es que después del exitazo que en 2018 conquistó al público madrileño (e instagramer), Gonzalo Armas, chef ejecutivo de Carbón Negro, decidió que este mágico bocado tenía que llegar a todo el mundo. De ahí que surgiese la opción de encargarla para llevar a casa. Un auténtico furor para compartir, o no.

Calle Juan Bravo, 47 28006 Madrid

Horario del restaurante: de lunes a domingo de 12:00 a 2:30 horas

Horario de las brasas: de lunes a domingo de 13:00 a 16:00 horas y de 20:00 a 00:00 horas

Precio tarta entera (10 raciones): 50 €

Media Ración

“Si tienes un buen producto cuanto menos lo toque el cocinero, mejor”. Con estas palabras, el chef Antonio del Álamo define la filosofía de Media Ración. Un restaurante que se ha ganado el estómago del público madrileño gracias a esa oferta de cocina tradicional centrada en los productos de temporada y calidad. Como su propio nombre indica, la propuesta gastronómica está pensada para compartir. Pero en cuestión de postres, somos de la opinión de que cada uno disfrute del suyo y ya, en caso de pedir dos opciones, intercambiarlas. Mención especial merece su Chocolate y Pan: una receta sencilla, a base de chocolate, una tosta crujiente y extrafina de pan, sal en escamas y aceite, pero que transporta al comensal a su niñez. Pura delicia.

Calle de la Beneficencia, 15, 28004 Madrid

Horario: De lunes a jueves y domingos de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:00 horas; viernes y sábados de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:30 horas.

Precio medio: 50-60 €

Lúa

Emblema de la gastronomía gallega, la Tarta de Santiago es uno de los bocados dulces más exquisitos que podrás probar en Lúa, uno de los mejores restaurantes gallegos de Madrid. Aquí, su chef, Manuel Domínguez, quien consiguió la estrella Michelin en 2015, la prepara en un formato curioso y de lo más original. Y es que a diferencia de la que conocemos, estilo bizcocho, se ofrece con una textura más bien líquida, muy parecida a la que encontramos en los coulant, pero donde la almendra sigue siendo la gran protagonista. Se sirve acompañada de una espuma de cítricos y almendra laminada.

Paseo de Eduardo Dato, 5 Madrid.

Horario: de lunes a sábado de 13:30h a 15:15h y de 20:30h a 22:45h. Cierra domingos.

Ticket medio: Menú degustación sin maridaje: 72€. Degustación con maridaje: 98€.

Bipolar

El arte y la creatividad son las dos grandes bazas del restaurante Bipolar. Una casa de comidas situada en pleno centro de Madrid con 17 platos y 3 postres pensados para compartir que van cambiando en función de la temporalidad de los alimentos. Original y perfecto para familias, aquí preparan uno de los postres más deliciosos e impactantes a nivel visual. Se trata del Chocolate & remolacha, elaborado con praliné de avellana de Reus, polvo de remolacha lío, chocolate cremoso al 70% y galleta salada de avellana tostada. Un bocado pensado para choco-adictos perfecto para terminar con un golosísimo sabor de boca.

Calle Calatrava, 6, 28005 Madrid.

Horario: de lunes a sábado de 12:00 a 00:30 horas; domingos de 10:30 a 00:30 horas.

Precio medio: 25-30€ / Disponen de un menú de lunes a viernes por 12,80€

Treze

Aunque sus torreznos han sido coronados -nosotros incluídos-como de lo mejorcito de Madrid, los postres del restaurante Treze son, también, para quitarse el sombrero. Su responsable, Elena Ursu, hace que la experiencia gastronómica merezca aún más la pena. Merecida fama tiene la tarta de queso gamoneu y el cremoso de queso, servido en un tarro de mermelada. Ahora bien, para los que deseen viajar a la infancia, imprescindible probar la Panacotta de violetas con helado de mango. ¡Fantasía!