Sin el bullicio de los distritos más abarrotadas de Bangkok o Ho Chi Minh ni la atmósfera intensa de las cocinas humeantes en Hong Kong o Tokio. En Mil Grullas no hay nada de eso, aunque cada bocado te transporte a algún punto en una ciudad de Asia, o quizás a un lugar nuevo que tu paladar no ha puesto aún en ningún mapa. Sea como sea, aquí cada mordisco simplemente sabe rico, sabe de categoría.
En mil grullas hay mil grullas. ¡Mil!. Están suspendidas sobre las mesas, son de papel rojo y las dobló una a una la misma persona que trastea y reparte abrazos por cocina y sala, que friega algún plato, que apunta reservas, o que supervisa la posición de cada silla. La misma que capitanea este proyecto desde hace un año.
Vanessa Lledó es inteligente y eléctrica, pero también observadora, generosa, humilde. Una mujer joven que lidera un proyecto joven y que aún así muestra el callo. Fue la primera mujer en ganar el concurso a mejor cocinera de la Comunidad Valenciana en sus 14 ediciones. Entonces acababa de salir del CdT, de donde ahora es profesora (sí, además de empresaria y cocinera). Entre una cosa y la otra ha aprendido en los fogones de José Manuel Miguel, Paco Pérez o Albert Adrià. Hace poco más de un año le llegó su turno, y ya puede contar orgullosa los grandes nombres que han pasado a probar sus tapas asiáticas y han repetido.
“Empecé a probar cosas que no había probado nunca”, cuenta de su etapa en Pakta. Después viajó y probó unas cuantas más, y de su curiosidad nació este proyecto y esta carta, que es una verbena para el paladar errante. Ingredientes y técnicas que vienen de lejos pero se elaboran de forma muy personal hasta llegar al sabor que Vanessa ha dibujado en su cabeza.
Son unas 30 tapas para meterte casi enteritas a la boca y dejar que el sabor explote. Entre los favoritos de los clientes está el bao de secreto ibérico, hecho al vapor y luego frito, el pollo Karaage o el popular Su Youtiao Char Siu, un churro (o pan frito) con cerdo a baja temperatura aderezado con barbacoa japonesa; uno de los sabores más intensos y distintivos de Mil Grullas. Nadie debería irse sin probar las gyozas shaomai de ibérico y gamba o el divertido doroyaki Black Pepper con carrillera de ternera. Los postres no se quedan atrás: mochis de cheesecake, fluffy de naranja y kumquat y todo un clásico de las calles del sudeste asiático, mango sticky rice.
¿Y lo de las mil grullas de papel? Su misión era cumplir un sueño, el de Vanessa, y su inspiración, la historia triste convertida en símbolo de paz de la de la niña Sadako Sasaki. A veces las conexiones más inesperadas resultan increíblemente poderosas para marcar el rumbo de los acontecimientos. Desde esta guarida del street food asiático en València, y con mucho trabajo detrás, sostienen mil grullas de origami un sueño que quiere seguir creciendo.
Carrer d’Emili Gascó Contell, 16 València.
Texto y fotos: Marta Pascual
Ticket medio: 18€
Horario: de lunes a viernes de 20:30hs a 00:00hs. Sábado y domingo de 13:30hs a 16:00hs y de 20:30hs a 00:00hs.