Un restaurante.
En Barcelona, si quiero comer como en mi tierra, iría al Urretxu, en la calle Marina, un descubrimiento reciente que pasa muy desapercibido porque lo que realmente les importa es la comida. Para cenar El Salón, en la Calle d ́en Hostal, cocina mediterránea y buenos vinos en un local que te hace sentir como en casa.
En Madrid, sin florituras y de muy buena calidad: El Cisne Azúl, setas en todas sus versiones .Y en Pamplona los pintxos del Gaucho (anguila con gelatina de tomate, brutal).
Un plato
Más bien, uno detrás de otro… Siempre tengo algún antojo que me ronda la cabeza, y el de ahora es una mezcla gloriosa: calamares en su tinta con arroz blanco y huevo frito. Es como un arroz a la cubana pero con calamares. Me encantan los calamares…cocinados de todas las formas. Y la menestra de verduras de mi madre, y su sopa de cocido con garbanzos…
Un producto.
El espárrago blanco, sin duda, templado con un chorrito de buen aceite de oliva.
Un trago.
Vino tinto y a medio día Spritz Aperol.
Si me invitarás a cenar a tu casa ¿ Qué cocinarías?
Si vienes a mi casa, mejor que sea el fin de semana…porque entre semana comerías “cachufaifas y romanones” como diría La Madre de Miren (dicho popular tan local y ancestral que no aparece ni en google..). Mi doble vida no me permite casi ni ir al súper. Pero el fin de semana te cocinaría algo al horno, para poder darte conversación mientras. Me queda bien una receta que suelo modificar de Mikel Iturriaga (el comidista): gallo al horno con vinagreta de aguacate. Te entretendría con una tabla de quesos y alguna de mis mermeladas y una crema de verduras. Y de postre mi crema de cacao y sal maldon.
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