Persiguiendo el sueño americano, el chef Renato Viola, salernitano de nacimiento, puso rumbo a Estados Unidos haciendo lo que mejor sabía: pizzas. Así llegó a Miami, donde la soleada Florida dio la bienvenida a una propuesta artesanal en el que las masas son ligeras, crujientes, casi etéreas, y donde los sabores que las visten rezuman la pureza de los conceptos de calidad italianos. Alejadas del perfil que en otras latitudes estadounidenses priman, como Nueva York o Chicago, con densas y gruesas bases, Renato apostó por trasladar el estilo napolitano a la populosa Miami.
Allí llegó con 29 años y donde sólo necesitó ocho meses para conseguir el visado especial O-1, que se destina a “personas que poseen habilidades extraordinarias en ciencias, artes, educación, negocios o atletismo”. En el caso de Renato, su gran habilidad es la pizza, un arte con el que creció en la sureña localidad de Agropoli, y desde la que ha ido desarrollando su trabajo desde que era un adolescente.
Cargado de sueños y dispuesto a hacer las Américas, Renato llegó a Estados Unidos y conquistó los paladares de Miami con finas pizzas, cargadas de sabor, en las que el bocado reivindica la sutileza de lo artesano, de lo casero y que contrasta con viveza con los formatos puramente americanos. Conquistado aquel mercado, decidió abrir nuevos horizontes y expandir sus pizzerías por el mundo, empezando por Dubái hasta llegar a Madrid.
Allí, en un menú en el que la pizza es la evidentísima protagonista –aunque deja hueco para antipasti y ensaladas-. Renato pone en marcha una maquinaria que presume de lo casero y de las buenas materias primas. El primer ejemplo se encuentra en sus masas, que se elaboran para él exclusivamente con harinas ecológicas del sur de Italia, y cuyo equilibrio en la mezcla es uno de los secretos mejor guardados del pizzaiolo.
A su lado están las otras dos banderas de la pizza italiana: mozzarella y tomate. Ambos los compra también a proveedores italianos, a los que conoce desde hace décadas y que son una garantía de éxito. Con este cimiento comienza a elevarse esta ‘torre’ multinacional, cuya gran fama se llevan sus pizzas con forma de estrella como la Star Luca (con salami picante, ricotta y albahaca) o la Star Michele (con berenjena, calabacín, ricotta, pimiento asado y albahaca).
Junto a ellas encontramos otras 20 propuestas, que hacen que repetir pizza en MisterO1 sea casi una quimera, porque todas tientan al cliente con productos de La Bella Italia, aunque algunas de ellas incluyen guiños gastronómicos locales. Divididas en tres categorías: Tradicional, Especial y Extraordinaria, estas pizzas de tamaño generoso permiten paladear el ingrediente sin atiborrarte de masa, algo que cualquier gourmet agradece, disfrutando de los toques crocantes que la ligera cocción en el horno ofrecen a estas mimadas bases. Además, para respetar el verismo italiano, Renato incluye en el menú unas cuantas opciones de pizza calzone, característica por estar cerrada, que en la mesa se empapan de una suculenta salsa de tomate, la peculiar passata, con la que viajar a Salerno a través del paladar.
El contrapunto dulce, también con la misma estructura, se puede colocar a través de una pizza para adictos al chocolate como la de Nutella, o si se prefiere un toque más frutal, apostar por la de plátano y Nutella.
Calle Sor Ángela de la Cruz, 22 Madrid.
Teléfono: 91 905 77 75.
Horario: de lunes a jueves, de 13:00h a 23:00 h. Viernes y sábados, de 13:00h a 00:00h. Domingos, de 13:00h a 23:00h
Ticket medio: 15 euros.
Texto: Jaime de las Heras.
Fotos: Nacho Alcalde Ruiz.