Cuando en 1931 Perico Chicote abrió la primera coctelería de España pocos españoles sabían qué era un cóctel. En aquel país de porrón y chato de vino, imaginar que una bebida pudiera ser mezclada, combinada y en resumidas cuentas, creada, era una utopía que ni el más optimista pudiera imaginar de cara al futuro.
Sólo que Perico Chicote era mucho más que un optimista. Apasionado de la alta hostelería y educado en algunas de las referencias más internacionales del Madrid de principios de siglo como el Hotel Ritz o el Savoy, aquel joven que apenas contaba con 32 años pero con muchas ganas de comerse el mundo decidió abrir Museo Chicote.
Ahora, cuando se cumplen 87 años de la apertura de este establecimiento mítico, la esencia de Perico Chicote sigue intacta en unas paredes que más de un periodista querría que hablaran. Mitos del Hollywood clásico como Ava Gardner, Frank Sinatra o Sofia Loren alternaban con la crema y la nata patria como Luis Miguel Dominguín, José Ortega y Gasset, Alfredo Di Stéfano o Miguel Mihura, o con mandatarios de medio mundo como Rainiero de Mónaco. Todos ellos acudían a Museo Chicote no sólo por lo que se bebía, sino por cómo se sentían.
A ese talento innato de Perico de ser anfitrión, algo en desuso en estos días, es a lo que se aferraban las celebrities más rutilantes de la época para sentirse literalmente como en casa. Un hito en la historia de Madrid que hoy se sigue al pie del cañón como reconoce Raúl Gómez, socio del Grupo Mercado de la Reina, actuales gestores de Museo Chicote, que nos cuenta que para el turista hay un peregrinaje necesario en Madrid que es el de “Santiago Bernabéu, Museo de El Prado y Chicote”.
También el nativo, atraído por la historia y por la alta coctelería que aquí se sirve, acude a un local que ha escrito y escribe aún con letras doradas el nombre del Madrid en la coctelería nacional e internacional. Referencias propias como el Chicote, un cóctel con vermut dulce, ginebra, curaçao de naranja y grand Marnier, encabeza la lista de best-sellers de este local que conserva la autenticidad de sus orígenes.
Diseñado en los años 30 por Luis Gutiérrez Soto, íntimo amigo de Perico, el estilo Art Decó se mantiene en las grandes cortinas, los imponentes rojos del salón principal y en las mesas, las cuales están a punto de cumplir 90 años y que siguen, día tras día, dando la bienvenida a clientes de decenas de nacionalidades.
Ellos, aparte de por El Chicote, también suelen venir en busca del Dry Martini, “la lágrima de vermut en un océano de ginebra” como lo bautizó Luis Buñuel, del Negroni –vermut, ginebra y Campari- que era el preferido de Sofia Loren, o el Singapore Sling, una de las referencias más tropicales de una carta con más de 20 referencias de cócteles –y un sinfín de destilados para ello-, que reúne en su copa alta ginebra, brandy de cereza, contreau, zumos de piña y lima, granadina y angostura. Además, para potenciar también un ocio distinto, Museo Chicote ahora dispone de una carta de picoteo breve que se sirve en la antesala del bar, donde alternar coctelería y tapas castizas aunque con un toque moderno, para que descubramos un Museo Chicote perfecto para el siglo XXI.
Copas, cócteles y platos que son en sí mismos una clase de historia, divertida y sabrosa, a la que todo el que pase por sus puertas debería asistir para descubrir que Museo Chicote sigue siendo el mejor embajador de la coctelería madrileña.
Teléfono: 91 532 67 37.
Ticket medio: 10-12€ por cóctel.
Horario: De lunes a sábado de 19:00h a 03:00h. Viernes hasta las 03:30h y domingos hasta las 00:00h.
Texto: Jaime de las Heras.
Fotografías: Magdalena Puigserver.