Bar Néstor es uno de esos locales en los que saben que el género es el género y que, cuando es bueno, no se necesita nada más.
En 1980, el matrimonio formado por Néstor y Piluka se lanzó a montar este emblemático bar en plena parte vieja y en el que ahora, con la ayuda de Tito, mantienen viva la esencia de uno de los míticos donostiarras.
Entre sus asiduos, encontrarás donostiarras de pro que llevan toda la vida haciendo su clásica ruta por lo viejo y extranjeros con Iphone intentado sacar fotos a todos los platos que salen de la cocina.
Su archiconocida tortilla de patatas no es fácil de probar. Hacen dos al día, la primera a la una del mediodía y la otra a las ocho de la tarde, y no pienses en probarla si no has reservado. Sí, en el Néstor se reservan los pintxos. Antes de salir, la tortilla ya está toda vendida. Hay que ir entre media hora y una hora antes para que te guarden un trozo si no quieres quedarte sin ella. Sin duda, merece la pena.
Pero no es solo la tortilla lo que le da fama al Néstor. Su chuleta de buey acompañada de ensalada de tomate o con pimientos de Gernika hacen que este sitio sea lo más parecido a un santuario para los buenos comedores de carne. Eso sí, en barra. Porque otra de las singularidades de este bar es que solo tiene una mesa –la mesa 19– y solo funciona con reserva previa.
La barra del Néstor tampoco está llena de pintxos, como puedes esperar de cualquier bar de la parte vieja donostiarra. Te sorprenderá encontrar en ella los ingredientes con los que prepararán los pintxos. Y, si tienes un poco de ojo, te darás cuenta de que no es casualidad que después de ver esos tomates y pimientos todo esté tan bueno.
En una de las ciudades del mundo con más estrellas Michelin por metro cuadrado es importante no olvidarse de sus orígenes.
Bar Néstor
De martes a domingo de 12:00 a 19:00
Precio medio por persona: 30€
Textos y fotos: Diego Etxeberria