Jorge Udelman dio sus primeros pasos como cocinero en Caracas vendiendo helados caseros y pastel de tres leches para financiar viajes de juventud. En vista del éxito obtenido y con el prospecto de una carrera artística poco monótona, cambió sus estudios en administración de empresas por los fogones del Centro Venezolano de Capacitación Gastronómica. Pasó por Francia, donde aprendió el idioma, el cuidado del origen de la materia prima por medio del contacto con el agricultor y la preparación de platillos típicos de una brasserie. En su camino se atravesó el Club Med de Las Bahamas, donde el ritmo de trabajo de veinte horas diarias se volvió por gusto y por convicción, un estilo de vida. De vuelta sus allegados lo recibieron para montar proyectos de asesoría, un servicio de catering de finger food y una boutique gastronómica, antes de que tocara de nuevo a su puerta la oportunidad de migrar. Con un sartén en la mano, tres idiomas y referencias de peso en el bolsillo, México se convirtió en su nuevo destino.
“Órale arepa” es una propuesta caraqueña con acento mexicano nacida en una food truck adaptada a sus necesidades con ayuda de ingenieros y de la diseñadora Andrea Ayala, una compatriota. El significado de órale varía según el contexto; el de la arepa, un pan de maíz cocido y molido, también. Rellena con casi cualquier ingrediente es un desayuno, un almuerzo, una cena o incluso, un after party. Se trataba en aquel entonces de movilizar el concepto de la arepa a diferentes sitios de la ciudad para conquistar el arraigo del mexicano a su gastronomía de calle. La idea del restaurante llevaba tiempo rondando y se hizo realidad al encontrar el local ideal, a escasos pasos de la embajada de Venezuela. Con el cambio se amplió la oferta a una propuesta latina “hecha en casa” que busca suavizar durante el tiempo de una comida, la añoranza de una patria a la que él y sus comensales de momento difícilmente podrán volver, y a la vez compartir con su audiencia mexicana curiosa de experiencias nuevas, el sabor de su infancia. El menú es netamente venezolano, acentuado en su elaboración con productos locales cuya calidad y procedencia se cuidan con especial atención. El pabellón criollo, escudo nacional culinario venezolano por excelencia, se acompaña con queso Cotija en vez del queso llanero original, y al patacón, un plato tradicional caribeño de plátano verde frito lo sirven con cochinita pibil, un guiso originario del Estado de Yucatán. La cachapa es una tortilla gruesa de elote dulce y rellena de queso de mano, parecido al queso Oaxaca. Es una buena manera de empezar el día con algo de sustancia en el estómago, aunque vale la pena también arriesgarse por la reina pepiada, una arepa con historia rellena de pollo deshebrado, aguacate y mayonesa de cilantro, creada en honor a la primera miss Venezuela en ganar el certamen mundial.
En “Órale arepa” la sed del cliente no se ve rezagada. Si de sacudirse el calor de las tardes de mayo se trata, el papelón con limón es la opción, una bebida típica refrescante de piloncillo. Si de encontrar una buena excusa para la sobremesa se trata, el café en Venezuela es el mejor. Pensando en asimilarlo al original, se dieron la pena de encontrar la mezcla perfecta de granos oscuros provenientes de Chiapas. Para un brunch dominguero está todo fríamente calculado por la mixóloga Martha Álvarez, quien diseñó la carta de coctelería a base de rones venezolanos, calificados el año pasado como “oro líquido” en la Feria Internacional del Turismo en Madrid.
Órale Arepa
Calle Schiller 330, Polanco, Ciudad de México
Horario: abierto de 9 a 17 horas de lunes a domingo. Los jueves y viernes hasta las 23 horas.
Teléfono: 01 55 9155 6133
Texto y fotos: Guénola Bally