Entre tanto gastrobar y bar gastro que nos ofrece Valencia, de repente te topas con Ostras Pedrín; curioseas a través del cristal porque te ha hecho gracia el nombre y descubres un mostrador que rezuma salitre por los cuatro costados. Y entras a pleno pulmón, te das un zambullido que te sumerge en el fondo del mar y descubres esa joyita por la que tantos paladares salivan: las ostras.
Pero piensas que esto no tiene pinta de marisquería de lujo, sino más bien de bareto con mucho rollo, pero bareto; ¿dónde ha quedado ese elitismo que siempre se ha asociado al mundo de la ostra? En ninguna parte y esa es justo una de las claves de éxito de Ostras Pedrín: haber acercado la ostra a todo tipo de personas, bolsillos y paladares. Tan sencillo como ir a la barra, pedirte una caña o un vino y un par de ostras o un erizo como tapa; un rico aperitivo que no te costará más de 5 euros. No te líes, así de simple.
Salva Barres lleva la hostelería en sus venas desde los 9 años y, con una experiencia en el sector de casi 40 años, decide abrir Ostras Pedrín en diciembre de 2015, aunque el proyecto ya lo visualizó hace 15 años; el momento era ahora, cuando la cultura gastronómica está en uno de sus momentos más top.
Ostras Pedrín es desenfadado y buenrollero, de comensal culto y bohemio que busca algo diferente, de críticos gastronómicos, de jóvenes artistas y creativos, de aperitivos con vino, cerveza y salazones con almendras fritas y de ese querer sorprender a alguien sin pasarte de pedante sibarita.
Y hasta seis variedades diferentes de ostras te ofrece Pedrín: las Ostras de Sol, la Ostra Guillardeau, la valenciana, la gallega, la ostra en tempura y la asturiana. Todas minuciosamente elegidas, conservadas, tratadas y servidas en su temperatura per-fec-ta: entre 3 y 5 grados; ni uno más ni uno menos.
Pero si debemos destacar una, esta tasca es el paraíso terrenal de las ostras valencianas, ahora denominadas les Perles de València, cultivadas en las bateas «clotxineras» del mediterráneo y cuya presencia en Ostras Pedrín las ha llevado a lo más alto en calidad y a lo más ancho en popularidad gastronómica. Y dos falsos mitos que debemos desmentir aquí y ahora: ni las ostras son afrodisíacas ni su digestión es tan psicótica como se piensa; “solo hay que educar al paladar”, dice Salva.
Pero si tu paladar se resiste, Pedrín te ofrece otros manjares: los boulots o caracoles franceses, un surtido de tiras de mojama, huevas de maruca, de atún y de mújol; pez mantequilla con aceite de trufa y otros ahumados; latas de zamburiñas, navajas o caviar, salazones… y los erizos de mar, ahora en temporada y que poseen un sabor muy intenso, un trago de mar en toda regla.
Aquí hay que tomar aire -si nunca le habías plantado cara a uno de estos puercoespines de mar o a una ostra- y dejarse llevar por la gran bocanada de mar que te inundará desde el primer bocado.
Teléfono: 963 767 054
Horario: de lunes a domingo de 10:00 a 23:00 horas
Texto: Gemma Bargues
Fotografía: Laura Torres