Al contrario de lo que sucede en la costa del oriente de Asturias, en la zona occidental no abundan los turistas ni las calas de arena fina. El paisaje está compuesto por playas de roca oscura y altos acantilados. Sobre uno de estos acantilados se encuentra el pueblo de Busto, coronado en su parte septentrional por un faro y un cabo del mismo nombre. Un lugar de gran belleza que es a la vez el hogar y la inspiración de Jonathan González, un joven repostero que huyendo de las prisas y el trajín de las cocinas, decide regresar a la aldea y montar un obrador en la casa familiar. Con su fachada de alegres colores y un mostrador de lo más variado, la pastelería Cabo Busto es un rara avis en un área donde la mayoría de la actividad está ligada a la ganadería y al mar. Aunque charlando con su propietario, descubrimos que en el pueblo hay una gran tradición repostera y que muchos vecinos hornean en casa. No es de extrañar pues que su abuela le haya servido de musa en muchas de sus creaciones y en ocasiones utilice sus viejas recetas.
Escoltado por sus dos compañeros del gremio de maestros confiteros, este incansable investigador, trabaja en la creación de dulces que idea, según sus propias palabras, a partir de lo que el entorno le sugiere. Se ha atrevido, por ejemplo, a revisitar un postre de kiwi que recuerda con nostalgia de su infancia y para el que utiliza productos de la zona como el requexón o a trabajar con las frambuesas de la huerta que cultiva en la parte trasera de la pastelería. Como buen conocedor de la calidad de la materia prima de la comarca, se lanza a patentar la “Tarta de Asturias”, un souvenir que los visitantes pueden llevarse sin miedo a que se estropee en el trayecto. Tomando como ejemplo la Tarta de Santiago, elabora su versión autóctona con mazapán de avellana, compota de manzana asturiana y mermelada de sidra, creando un postre a su vez duradero y fresco.
Observar las vitrinas de la pastelería Cabo Busto, es sumergirse en un mar de colores, texturas y sabores. La variedad es extensa y abraza tanto lo dulce como lo salado. Desde Carrot Cake a sablé de piña colada, de tarta de arroz con leche a quiche de cecina, tomate seco, parmesano y albahaca. Y estos exponentes son sólo una pequeña muestra de lo que allí podemos encontrar.
Cualquier combinación puede surgir en los paseos de Jonathan hasta el faro o en alguno de sus viajes. “Este es mi sitio”, afirma mientras charlamos en su acogedor jardín, y esa sonrisa con la que habla, se ve reflejada en los visitantes que salen cargados con cajas de vuelta a casa.
Pastelería Cabo Busto
Busto, s/n, 33789 Luarca, Asturias
Horario: Martes a Domingo, 10:00 – 14:00 y 18:00 – 20:00
Texto: Daniel Acevedo
Fotos: Laura Meixús