Chocolate, ese producto que con verlo ya se nos hace la boca agua y queremos lanzarnos a por él. Negro, con leche o blanco, con los toppings más variopintos como la frambuesa, avellana, yogur o rosa, tienen su casa en la cocina del chocolate más dulzona y experimental de Barcelona: Chök.
El 1 de agosto, Débora y Fernando, los padres de Chök, estarán de aniversario: hace tres años que se inauguró su primer local. Esa tienda a la que todos nos acercábamos para conocer su “Joyería del donut” y donde una pared servía de exhibidor para los donuts cual joyas comestibles.
Pero, ¿cómo ha seguido evolucionando? Gracias a la hora de viaje que comparten cada día y donde surge su lado más creativo, no dudaron en inaugurar, el 1 de febrero, una nueva tienda en la calle Ramelleres. Cerquita de la primera (para darse apoyo la una con la otra), el estilo es muy diferente: con aires nórdicos, sin barreras para los clientes y con mucha luz natural, es el escaparate perfecto para una propuesta dulce tan grande como la suya.
Donuts, cronuts, pasteles, macarons, cruasanes, patatas fritas con chocolate, tabletas o trufas son parte de los productos que cada día podemos ir a disfrutar en Chök. Lo que más nos gusta de su producto es que tiene menos grasa que lo habitual y no hay nada industrial. Así que el resultado final es delicioso.
Al equipo, Débora, Fernando y Miquele, les encanta cocinar. Disfrutan probando cosas nuevas en la cocina e investigan cómo puede funcionar el chocolate con ese ingrediente con el que nunca se ha mezclado. Su producción diaria hace que siempre sea fresco todo lo ofrecido. ¿Su producto estrella? El cronut.
Cubiertos con chocolate negro, blanco o con leche; si visualmente son irresistibles, culinariamente son un absoluto pecado. Con oreo, tiramisú, maracuyá, fresa, guayaba, peta zetas, patatas, violetas o almendras, si además está relleno de crema de chocolate con avellana, el placer de comerlo es inmenso.
El favorito de Débora es “el cronut de merengada de limón con fresa natural, salteada con arándanos y frambuesa”. Pero elegir uno es muy complicado para este equipo tan unido y con unas ganas de crear en la cocina que sobrepasan las horas que tiene el día. De hecho, ya tienen tabletas propias con sabores, como con el 72% de chocolate, con avellanas caramelizadas, sal o violetas. ¿La próxima? Una de chocolate con chile con un sabor perfectamente contrastado.
El universo Chök no es solo para el dulce. Como nos comenta Débora “Queremos dar a conocer que el chocolate se puede utilizar más allá de los postres. Es un ingrediente más en la cocina”. Estaremos atentos y deseando que llegue un nuevo local a la familia de Chök en la que disfrutar de platos diferentes, innovadores y, como no, con el chocolate como ingrediente principal.
Calle Ramelleres 26, Barcelona
Horario: de 8:00 a 21:00 todos los días de la semana.
Precio medio: 2€
Texto y fotos: Elisa BcnPostres