¿Cómo aunar la pasión por la cocina y la poesía en un restaurante? En Pervers lo han conseguido creando un tándem perfecto que combina los sabores al igual que las palabras de todo poema, una propuesta realmente imaginativa.
Pervers era el sueño de toda la vida de Albert Cambra y Vera Sanahuja, sus socios y fundadores. Desde siempre habían imaginado con crear un proyecto hecho a base de tapitas y platos para compartir, con una carta muy informal, sin grandes pretensiones y con una cocina sencilla, pero, eso sí, con elaboraciones originales y perfectamente trabajadas.
A partir de esa gran idea han creado una carta asequible y al alcance de todo aquél apasionado por su propuesta: tapas alejadas de cualquier convencionalismo al lado de las más comunes, presentadas todas ellas con un toque muy personalizado.
Ofrecen un tipo de cocina orientada sobre todo a la calidad del producto, intención que se logra trabajando con proveedores de proximidad como por ejemplo su carne, un básico en su carta y procedente de una pequeña charcutería de barrio, que a su vez se abastece de productores locales.
¿Y dónde está la poesía?…pues en una carta encerrada en un sobre en la que encontramos un poema escrito por Eduard Sanahuja que explica la filosofía y valores del restaurante, toda una declaración de amor por la cocina, sus métodos y sus ingredientes.
En ella encontramos platos como el hígado de bacalao ahumado, el cucurucho de algas con bacalao y crujiente de cerdo o el bizcocho de sobrasada con sardina ahumada.
Un must son sus croquetas de pollo, jamón y huevo duro, una verdadera explosión de sabores que recuerdan al cariño de las cocinas de antaño.
El crujiente de morcilla con manzana, la greixonera de caminants o los cogollos con sepia y calamarcitos son ideales para picar. Y, por supuesto, no puedes perderte su meloso de ternera, con una textura inigualable.
La carta de vinos no podía presentarse de otra manera que no fuera con una moleskine, libreta personal de cada poeta en la que se condensa, igual que los buenos caldos, la sabiduría en cada sorbo.
En Pervers todo tiene un sentido y cada detalle está perfectamente ligado a una buena razón, consiguiendo así la harmonía entre el concepto y su cocina.
Es por ello que también, quincenalmente, realizan las perversades, nada más y nada menos que la visita de un poeta que, entre bocado y bocado, nos recita sus poemas y que, suavemente, nos introduce en la magia del gusto por la Belleza.
Calle d’Hercegovina, 24, 08006 Barcelona
Precio medio: 20-25€
Texto: Maria Acero
Fotógrafa: Alba Obradors