Piensa en tu «yo» de hace diez años. ¿Qué comías cuando querías darte un homenaje? Si estás en la treintena probablemente eras de los que se daba a una buena y barata borrachera de Lambrusco tras una perolada de pasta para hacer base en el estómago antes de salir de fiesta. Si te acercas más a los cuarenta y tantos a lo mejor eras de los que poco comer, mucha fiesta, mucha bebida y mucho pero que mucho exceso desenfrenado. Cada viernes un concierto. Cada domingo una entrada triunfal en casa después de un día sin aparecer. Pero mientras tú estabas de fiesta y ni pensabas en cosas que no fuesen gastronomía pura y dura, ya habían unos cuantos dando guerra en los temas de fusión, ejemplo número uno Asiana y Asiana Next Door, producto del empresario hostelero Francois Poplawsky y el chef Jaime Renedo en Madrid. Ambos sitios se convirtieron en el refugio underground al que se acudía hace ya varios años para encontrar sabores viajeros inéditos en un mismo lugar, pero su afán de evolucionar y romper con lo establecido hizo que empezaran a apostar por más variedades de productos y elaboraciones para alcanzar un público más exigente con toques de informalidad y modernidad. Fue así como dieron con Pink Monkey, un proyecto en pleno barrio de Chamberí que apuesta por platos del sudeste asiático con pinceladas de la cocina peruana, mexicana y mediterránea.
El chef Jaime Renedo lo tenía claro desde un principio cuando decidió encaminar su vida hacia un futuro en la gastronomía. «La cocina la cogí como un acto de rebeldía creativa. Pasé por una escuela de hostelería, El Bulli, el Hotel Santo Mauro… pero lo que más me marcó fue una casa de cocina vasca en la que aprendí lo que es la cocina de verdad. Fue allí donde me di cuenta que si no tienes una buena base no hay forma de hacer nada bien». Será por eso que sus platos son todos una sucesión de pasos artesanos que se hacen presentes en cada uno de sus currys caseros o dim sum, preparados a diario y con el control de calidad proveniente de un su fanatismo por la cocina fresca y de contrastes. Su abanico de posibilidades cubre platos frescos como la ensalada thai, con mango verde y pollo al fuego o el kimuchi de zamburiñas con lima, otros más curiosos y sabrosos como el satay Balinés de pollo o el dim sum de cangrejo que se convierten en el preámbulo perfecto para grandiosidades como el curry verde thai de carrillera ibérica. Comprobado: este no es un sitio «cuqui» más.
Monte Esquinza, 15, 28013 Madrid
Horario: de lunes a sábado de 13:30 a 2:00h y domingos 13:30 a 17:00h
Precio medio: 40 €
Texto: Paula Móvil
Fotos: Antonio Miranda