Seitán, jaca, heura, quorn son algunos de los alimentos que están siendo tendencia en el último tiempo. Algunos son milenarios, en cambio otros son producto de la industria alimentaria moderna.
Quizás hayáis oído hablar de ellos o incluso hayáis tenido la suerte de probarlos porque lo que es verdad es que la alimentación saludable está pisando fuerte. No obstante, este concepto ha ido variando en el último tiempo. Adoptar una alimentación saludable ya no es llevar a cabo una dieta como régimen alimenticio para bajar de peso o conseguir un cuerpo fitness. Tampoco se trata de una opción que elimina el consumo de alimentos de origen animal como consecuencia de una filosofía de vida.
La sociedad actual ha evolucionado y está adoptando opciones alimenticias que se alejan de las tradicionales. La tendencia se denomina plant based y se sustenta en el consumo de legumbres, semillas, granos, frutas y hortalizas aunque no os confundáis, que nada tiene que ver con el vegetarianismo o veganismo. En este caso, sus seguidores adoptan esta alternativa por considerarla la alternativa más sana para los tiempos que corren con el fin de llevar un estilo de vida saludable, tanto por el bienestar de la humanidad como el del medio ambiente.
Esta preferencia está haciendo revolucionar la industria y con ello el consumo de proteínas vegetales que hasta el momento han sido unas completas desconocidas para nosotros.
Reconocidos
Ya es conocido por todos que las legumbres, los frutos secos, los cereales integrales y la soja son una buena fuente de proteínas. Les siguen en reconocimiento, el tofu, el seitán y el tempeh, que ya están al alcance de los consumidores en grandes supermercados.
El tofu es de origen chino y es elaborado con semillas de soja, agua y un agente coagulante. Tiene un sabor neutro y su uso es muy versátil. El tempeh, por su parte, de origen indonesio y es producido a partir de la fermentación de semillas de soja con el hongo rhizopus. Su consistencia es firme y su sabor es fuerte, característico de las bacterias del hongo. Por otra parte, el seitán, también de origen chino, es elaborado de gluten, la principal proteína del trigo, que se consigue lavando una masa de harina de trigo con agua hasta que se desprende el almidón. Es la proteína vegetal que presenta una textura y un color más parecido a los de la carne animal.
Ancestrales
La tierra, desde sus orígenes, nos ha proveído de recursos con ricas fuentes de proteínas. Una de ellas es el jackfruit también conocido como jaca, yaca, jak, fruta de pan o nangka, la fruta proteína de moda. Originaria de sudeste asiático aunque también se cultiva en países sudamericanos. Es la fruta más grande del mundo. A primera vista, su aspecto no es apetecible y su olor es especial, pero los asiáticos lo aprovechan absolutamente todo. Se puede comer en elaboraciones dulces o saladas. Es importante saber que nunca se deben de comer crudas, pues pueden resultar tóxicas. Una vez cocinado su apariencia y para algunos su sabor, se asemeja a la carne de cerdo.
Si nos vamos a la familia de las legumbres destacamos los azukis, una alubia roja típica de los países orientales, muy apreciada gracias a su riqueza en nutrientes y a sus grandes beneficios. Tiene un sabor particular y se puede utilizar tanto para recetas dulces como saladas. La medicina tradicional china y la macrobiótica recomiendan su consumo para fortalecer el riñón, ya que tonifican el sistema urinario.
Otro derivados de la soja es el natto, un fermentado de habas de soja con fama milenaria de favorecer la longevidad. En Japón continúa siendo un desayuno muy popular y se toma sobre un bol de arroz. En occidente aún no termina de encajar, su olor es bastante fuerte y su textura es gelatinosa. Tendrá que pasar algún tiempo hasta que nuestro paladar se adapte.
Industriales
Atendiendo a que dentro de pocas décadas la población aumentará y habrá que dar de comer a miles de millones de habitantes, que la economía no es sostenible para el planeta y que el mercado ganadero no podrá dar abasto con toda la demanda, la industria está creando nuevas formas de alimentarse. Una de las más particulares es la producción de carne que realmente no es carne animal.
En 1960, un visionario aristócrata británico, a quien le preocupada el desabastecimiento de comida y procuraba tener respeto hacia el medio ambiente creó el quorn. Se trata de un tipo de proteína que se obtiene a partir de un hongo, el fusarium venenatum, que se cultiva en tanques o barriles, donde fermenta para después cosecharse. Tras un proceso con alta tecnología se consigue una textura similar a la del pollo, aunque en consistencia es mucho más saciante.
Hace pocos años, una start-up nacida en el Basque Culinary Center ha creado un alimento vegano que emula la carne de pollo y se denomina heura. Su textura y sabor son el resultado de más de dos años de investigación y está producida sin ningún tipo de aditivo. Se puede consumir sin cocción alguna tal como se comercializa, en tacos, bocados o tiras. Restaurantes de prestigio ya la han incorporado a sus menús, pues es considerado por muchos no por un sustituto de la carne sino por ser su sucesor.
Texto: Olga Ruiz
Foto principal: Foods for tomorrow