Con tantos bares nuevos, a veces no echamos la vista atrás y nos fijamos en los bares de toda la vida, esas tabernas que han ido evolucionando con la ciudad año tras año sin cambiar su esencia y su buen hacer. Uno de esos bares es Docamar, que abrió sus puertas en 1963 y hasta el día de hoy sigue ofreciendo cocina tradicional a todo aquel que decida acercarse hasta su local.
Situado en Ciudad Lineal, concretamente en la Plaza de la Quintana, el Docamar ha ido evolucionando generación tras generación, aunque su filosofía es la misma: comida casera sin adornos ni florituras.
Pero de entre todas las opciones de su carta, hay una tapa por la que el Docamar es conocido por todo Madrid. Sus patatas bravas son el símbolo del local. Su lema es claro: “las mejores patatas bravas de Madrí desde 1963”. Si son o no las mejores bravas las deberá juzgar cada paladar, pero lo que podemos decir es que seguro a más de uno os conquistarán.
Como bien indica Raúl Cabrera, actual dueño del Docamar, el secreto de sus patatas bravas, y en general de todas su carta, está en utilizar un buen producto y contar con unas manos con gran destreza para la cocina. En el Docamar, las patatas bravas son peladas, cortadas y freídas a mano. Lo mismo pasa con su famosa salsa secreta, que es elaborada por sus cocineros día tras día con la misma receta que hace 50 años.
Pero ¿cómo son estas famosas patatas bravas? Sus patatas están cortadas en trozos más o menos grandes, perfectamente cocidas por dentro y con un punto justo de fritura. La salsa es su máximo orgullo y su receta es tan secreta que es imposible sonsacarla. Esta salsa, con posibilidad de pedirla más o menos picante, es lo que le aporta un carácter especial al plato. El éxito de su salsa es tal, que hasta tienes la posibilidad de comprar tarrinas para llevártela a casa.
Orejas, calamares, pinchos morunos, paella… son algunos de sus otros platos que triunfan en su carta y que no paran de salir de cocina. Ir a tapear a Docamar un domingo es una tradición instaurada en el barrio. El ambiente que se ha creado en el bar y en la plaza es tan bueno que te transporta a ese bar de pueblo donde se acude para reunirte con los tuyos.
La historia del Docamar no solo se puede saborear en sus patatas. Sus paredes son una auténtica exposición fotográfica que recorre la vida del barrio, de la familia y del local desde sus inicios hasta el día de hoy. Sus empleados también son otro símbolo del carácter familiar del local. Miguel, uno de los cocineros, lleva más de 40 años en esta cocina por lo que el Docamar y la salsa secreta ya forma parte de su vida.
No hay duda que el éxito del Docamar reside en seguir conservando la esencia de taberna con la que Donato Cabrera abrió su bar y que muchos años más tarde su nieto Raúl sigue manteniendo.
Calle de Alcalá, 337, 28027 Madrid
Horario: De lunes a domingo de 08:00 a 12:00 horas. Miércoles cerrado
Texto y Fotos: Elena R. Feijoo