Les puede sonar raro, pero hay bastantes viernes en Sevilla en los cuales te apetece tomarte unas cervezas al salir de trabajar al mediodía. Y aún más extraño que muchas de esas veces acaben en la búsqueda de un lugar para comer y continuar… Una opción es: cervezas en la Plaza del Salvador y almuerzo cerca de las cuatro de la tarde en una de las mejores casas de comida de la ciudad, Er Caserío. Lo que se dice empezar bien un finde.
En la estrecha C/Acetres, desde hace 25 años, despachan cocina sevillana casera a una fiel y entregada clientela autóctona, tanto en barra, como no podía ser de otra forma en Sevilla, como en mesa, un establecimiento muy puro donde volver a reencontrarse con sabores y recetas mil veces ingeridas, pero ahí reside precisamente la magia de la cocina popular, en sorprenderte de lo extremadamente bueno que está algo que has probado mil veces. Te olvidas de texturas, contrastes y búsqueda de nuevas sensaciones, y te centras en la cata de algo muy rico. Sabes cómo se hacen esas recetas, pero no, no te salen igual.
Las «papas aliñás» con las que te reciben de cortesía ya te ponen en guardia ante lo que viene. Os aconsejamos seguir con uno de los clasicazos de Er Caserío, la merluza cocida con mayonesa casera, sencillamente adictiva. Y siempre hay un guiso que entona, que te recompone, un potaje casero que a diario estofan sus fuegos a base de alubias u otras legumbres en extremo nutritivas y con el gusto acostumbrado. Opciones más ligeras, pero no menos sabrosas, son las espinacas con garbanzos, el pisto con huevo o las suculentas judías verdes salteadas con jamón, un placer nada culpable.
El ambiente hogareño del local se une al trato dispensado por el matrimonio formado por Ana Guerra y José María Díaz, propietarios del lugar, y mandamases del servicio de barra y mesa. El aroma de la tradición se fundamenta en la olla y premia al paladar cuando se degusta el meloso rabo de toro o las rituales albóndigas.
Otro hit es el pescado frito, apuesten por los siempre formidables salmonetes. Prometedor, el pez espada a la plancha; apetitoso y crujiente, su pollo al ajillo. Y no te olvides de los postres, el tocino de cielo puede poner un broche colosal al festín culinario.
Tan satisfactorio como la comida, es llevar a alguien por primera vez. Adviertes cómo se le desarrolla una sonrisa, cómo cierra los ojos para sentir mejor, y te dice: «Quillo, este sitio es muy bueno». Es lo que tiene la cocina de la memoria, la que adoba el recuerdo. Esperemos que ustedes digan lo mismo.
Er Caserío
Horario: de lunes a sábados de 12:00 a 18:00
Teléfono: 954226436
Texto: J.Ignacio Pérez y JM. Álvarez
Fotos: Ana Mellado