Rey de Tallarines

Este no es un restaurante chino al uso. Éste, señoras y señores, es uno de los restaurantes chinos a los que más respeto y confianza se le debe de tener. No hay que exagerar y decir que es el único que lo merece pero si uno de los pocos. Está en el barrio de Conde Duque y aparte de dar una lección de buena -y barata- comida china también da una lección de un perfecto uso de la técnica La Mian en vivo. Con tan solo echar un vistazo detrás de la barra a las 13h y a las 21h se puede observar como se elaboran los fresquísimos tallarines que luego vas a succionar y rechupetear en la mesa. Todo lo hace el «rey» con sus poderosas manos con las cuales maneja una bola de harina de trigo que estira, gira y divide en tiras largas y finas hasta convertirlas en tu plato del día.

Corre el rumor y dice la leyenda de que los actuales reyes han llegado a comer varias veces aquí. Nadie lo confirma y nadie lo desmiente pero tampoco sería muy raro porque si saben comer bien, sabrán que en este reino hecho restaurante esa misión está más que cumplida por sus reconocidísimos tallarines fritos, pollo en salsa de limón, wun tun frito, dim sum, ternera con salsa de jengibre y espárragos trigueros, pato al estilo pekinés, arroz frito, pollo con curry o empanadillas a la plancha.

Su fachada no destaca ni llama la atención pero por dentro se puede contemplar un precioso y enorme mosaico de azulejos en tonos azules que cubren completamente la paredes. ¡Esta es la imagen que debería dominar las redes sociales de fotos! Ni pies, ni playas… ¡azulejos del Rey de Tallarines!