Si te gusta pasear por el Casco Antiguo de Barcelona, estás buscando un lugar para cenar entre semana o tomarte algo después de un duro día de trabajo, Salero es tu destino. Cada uno de sus detalles te encandila nada más entrar en este restaurante situado en medio del Born, el antiguo barrio comercial de la capital catalana. Se define sobretodo como un lugar dónde la comida te sienta bien por la sublime mezcla de cocina mediterránea y asiática que inunda su carta.
Elsa y Elena son las propietarias de Salero. Todo empezó el año 1995 en Bruselas cuando Elena se encontraba en un bar comiendo, no un bar corriente sino uno de estos a los que puedes ir a cualquier hora del día, a comer, a cenar, con amigos, a trabajar y, en ese momento exacto, decidió trasladar/importar este concepto de restaurante a Barcelona porque en esa época no existía en la Ciudad Condal ningún restaurante con estas características.
Tanto una como la otra comparten una gran pasión por viajar y, en este caso, Elsa estuvo descubriendo la cultura gastronómica asiática en diferentes países como Indonesia, Tailandia o la India. En cada uno de ellos descubría su riqueza culinaria, entraba en las cocinas y observaba detenidamente todos y cada uno de los manjares orientales, y al volver a Barcelona tradujo y reinventó en cada uno de los platos de la cocina mediterránea.
En 1995 se ideó y en 1996 se abrió Salero en la mitad de un discreto callejón del Born, en esa época una zona poco transitada del Casco Antiguo.
Es un local dónde el blanco domina por completo, la decoración es la misma del principio, pero han sabido adaptarse al momento de una zona en plena ebullición y en la que, manteniendo idéntica base y los mismos ideales, han sabido reinventar su estilo y darle su acento especial.
Apuestan por un restaurante con conciencia, con el debido respeto por cada uno de sus productos, dónde se suman a la primera a la calidad de los productos orgánicos y captando las nuevas tendencias que son del gusto de la clientela. Su finalidad, al fin y al cabo, es esta; ofrecer a sus comensales una buena experiencia, con una cocina franca, honesta y crear alrededor de todo esto una auténtica experiencia gastronómica utilizando los mejores productos de calidad, ecológicos y de km0.
La oferta gastronómica es amplísima y realmente variada, pero en todos sus platos se esconde un aire atrevido y transgresor. ¿Para empezar? Algunos entrantes como el Bánh Xeó, un crepe vietnamita de arroz, coco y cúrcuma con hortalizas, lima y chile o la Ensalada de Maitake, wakame, agar.agar , chips de yuca con aliño de soja y sésamo.
Para entender el concepto que trabaja este restaurante, lo mejor será que pruebes alguna de sus delicias como la sopa thai con dumpling de langostino y taro o las sardinas ahumadas con remolacha, tapenade y brotes bio, todas ellas especialidades deliciosas que te harán descubrir nuevos sabores y con las que comprenderás (y apoyarás) esta unión de culturas gastronómicas.
De sus platos no puedes perderte el Japche con vermicelli coreanos de boniatos con enokitake, tamari y cilantro, las veggie burguers o uno de los platos que lleva más tiempo en carta como es su pollo con salsa teriyaki: ¡te aseguramos que probablemente nunca hayas probado uno igual!
Con la tarta Jimena de almendra y chocolate amargo de naranja es obligatorio dejarse llevar por el placer de un postre clásico para acabar una deliciosa comida.
Si decides apostar por Salero, situado en una de las zonas más chic de Barcelona, con una estética cuidada y acorde con un entorno innovador, prepárate para jugar con sabores y descubrir matices. ¡La experimentación y el éxito están asegurados!
Calle del Rec, 60, 08003 Barcelona
Horario: de 13:00 a 16:00 – 20:00 a 24:00
Precio medio: 25-30€
Texto: Maria Acero
Fotógrafa: Andrea Invierno