Los dumplings son a China lo que las croquetas son a España: típicos, fáciles de comer y bastante socorridos cuando te decantas por un asiático un viernes por la noche. Sin embargo, no todo lo que envuelve a la cocina asiática se resume en este pequeño y delicioso entrante, ni tampoco sus mitiquísimos noodles. Al menos en lo que respecta a la cocina de Sasha Boom, un restaurante asiático con influencias peruanas y productos mexicanos. O como su director Berny Paredes denomina: «Asian Craft Food». “Reinventamos los platos típicos asiáticos incorporándoles productos y técnicas peruanas casi al 70%, ingredientes mexicanos como los chiles, así como del Mediterráneo», explica.
Con una filosofía mucho más pausada y un servicio más personalizado que su antecesor Pink Monkey -del empresario Francois Poplawsky-, Sasha Boom da un paso más y apuesta por una cocina mestizaje que fusiona sabores, texturas e ingredientes exóticos traídos desde Grecia o el propio Líbano. Esto, trasladado a platos, da como resultado originales ceviches como el de salmón con pesto de cilantro y galanga, tamarillo, fire cracker y kumkuat o baos entre los que destacan el de cangrejo en salsa XO, spicy mayo, cebolla china y cilantro. «Recientemente hemos introducido nuevos platos en la carta como el tiradito de atún, unas costillas glaseadas con puré de albahaca y cilantro, un wok de noodles, que gustan mucho y son fáciles de aceptar y tres variedades de ceviches con distintas leches de tigre adaptadas al estilo asiático», comenta Berny.
Ahora bien, si hay que hacer alguna recomendación especial, apuesta fuertemente por los dumplings de carabinero con curry rojo thai de sus cabezas, muy sabrosos, bien jugosos y con un toque picante perfecto para darle un ‘punch’ a la comida. Y cómo no el satay balinés de pollo con salsa de coco, lima y chile, de toma pan y (re)moja hasta el fin de los días.
Para acompañar el festín culinario, imprescindible rendirse a alguno de los combinados que prepara Andrea Núñez, jefa de barra. Toda su coctelería está basada en los piscos, uno de los tragos más representativos y queridos de la gastronomía peruana, sin embargo, uno puede decantarse por otro tipo de combinados como el Señora Feroz. ¿Sus ingredientes? Ginebra, zumo de lina, zumo de albaricoque, bitter sweet violets y puré fresco de frambuesas. Divertido, original y perfecto para combinar con alguno de los postres. Porque aquí hay que dejar siempre hueco al dulce, sobre todo si viene cargado de chocolate como el cremoso con frambuesas, jengibre y helado de albahaca o el mochi case de mango, tamarindo y chili con sorbete de coco y lima y bizcocho de té y yogur.
Una de las curiosidades del restaurante es que aquí todo se comparte. Y es que, según explica Paredes: “queremos que todos vivan la misma experiencia, no que uno se quede mirando o peleando por un cachito del final. Por eso nos adaptamos siempre a lo que el cliente requiera”.
Calle de Raimundo Fernández Villaverde, 26
Teléfono: 91 199 50 10
Precio medio: 35 €
Texto: Ana María Clemente
Fotos: Nacho Alcalde Ruiz