-Local cerrado permanentemente-
La ancestral historia asiática cuenta que la palabra Satay nace en China, y que significa “tres veces apilado” en el dialecto Xiamen. Es muy posible que en paralelo, el origen de este concepto gastronómico, basado en una espina de bambú que atraviesa tres piezas de verdura, carne o pescado, surgiera de las ventas a pie de calle que llevaban a cabo los tenderos malasios y de la isla de Java, influenciados a su vez por los árabes kebab. Para entendernos, nos encontramos ante la brochette francesa, la espetada portuguesa, o el yakitori japonés. Hablando en cristiano, ante el pincho moruno español, pero elaborado a un nivel superior.
Parece que con el impulso de las olas pacíficas, capitaneados por el talento de los chefs Xavier y Gerard, que han dibujado el menú de esta nueva casa, han atracado en puerto mediterráneo nuevos olores asiáticos que inundan las calles del Raval. En concreto, el Satay Grill se erige en las paredes de lo que fue un antiguo convento de la Orden de Las Carmelitas, detrás del mercado de la Boquería.
Carlos Bravo, su director gerente, tiene una ilusión en la mirada que ilumina casi tanto como los dos ventanales que nos reciben a la entrada. “Aquí hemos creado un modo de cocina desenfadado, sin perder la profesionalidad. Nuestro sello de identidad es el aprendizaje continuo, la retroalimentación a partir del feed back de nuestros clientes. Estamos en constante movimiento, nos encanta acercarnos al comensal una vez terminada su experiencia en el Satay Grill y preguntarle qué es lo que más le ha gustado, cómo nos podría ayudar a mejorarlo, qué ingredientes ha echado en falta, o cuáles le han parecido un acierto. Para nosotros, esa es la filosofía que hay que seguir: adaptarse a lo que el cliente demanda sin perder la esencia del producto que nos gusta trabajar.”
Entre las variedades asiáticas que nos ofrece este restaurante podemos encontrar, para empezar, ensaladas frías, como la de quinoa, col y zanahoria (nuestra preferida), la de coliflor encurtida con tomate y aceite, o la de setas confitadas con kale y algas. Para seguir, y como plato estrella, deberemos hacer honor al nombre de este establecimiento y pedir alguno de los distintos tipos de “satays”, cocinados al calor de eco-brasas de cáscaras de coco. Los encontrarás de langostinos, salmón, cerdo thai, ternera marinada, espárrago, calabacín… ¡no podrás parar! Además, todas las brochetas se acompañan de un bol de arroz basmati que complementa a la perfección esta experiencia oriental. Para terminar, nosotros nos quedamos con la originalidad de un cremoso helado de sésamo, pero no se nos ocurriría dejarnos atrás el mochi de té verde.
Los trabajadores de este restaurante nos explicaron que su objetivo era hacer feliz a la gente, y nosotros no sólo nos fuimos de allí sonriendo, sino con el estómago satisfecho.
Carrer del Carme, 42. 08001, Barcelona.
Teléfono: 934 61 5911
Horario: de lunes a domingo de 12.00 a 16.30 y de 20.00 a 00.00.
Texto: Ana J.Palmer
Fotos: Anika Stieling