Es uno de los nuevos y sorprendentes descubrimientos de este nuevo año, y es que Sintonía se ha convertido en todo un referente de la ciudad de Barcelona por una excelente propuesta gastronómica creada de la mano del chef Pablo Tomás. La filosofía de tan alabado local posee una base muy clara, y no es otra que la de ofrecer platos clásicos y de temporada con aires de cocina tradicional puesta al día, todo un reto que han logrado hacer realidad.
Sintonía se encuentra dentro del Gallery Hotel, un precioso hotel con una larga historia y ubicado en uno de los ejes artísticos y comerciales más emblemáticos de la Ciudad Condal, el Paseo de Gracia. Este proyecto inicia su andadura con el claro propósito de renovar de arriba abajo el concepto y el espacio que lo había de acoger, algo que dice mucho de la creatividad que respira el ambiente.
El resultado no es otro que un espació verdaderamente cálido y acogedor en el que la experiencia gastronómica empieza desde el mismo momento en que tomamos asiento.
Si bien el restaurante es independiente del negocio hotelero, sí que se respetan los mismos horarios, lo cual redunda en beneficio del cliente al tener una cocina non-stop desde las 11:30 hasta las 23:30, algo que permite cubrir todas las comidas del día y hasta incluso los extras como un apetitoso vermut o una deliciosa merienda, momentos para los que su carta se encuentra perfectamente adaptada. Y, por si fuera poco, disponen de algunas opciones más como un pica pica en cualquier hora con tapas como el salmón marinado y ahumado en casa o unas deliciosas gildas de bacalao con piparra y cebolla roja.
Otra parte no menos importante de su carta es el Menú Sintonía, un elenco de platos con diferentes opciones perfectas para compartir como el brazo de gitano ruso, una sabrosa combinación de sabores.
Una parte muy cuidada dentro de su carta son los tartares, y es que, ¿quién no conoce aún su famoso steak tartar preparado en su ya conocida cabeza de buey?
En Sintonía apuestan por recuperar platos con historia, haciendo honores a los platos clásicos de la cocina de toda la vida pero trabajados con un producto excepcional y de primerísima calidad, como por ejemplo su arroz de pescado a la marinera o el canelón de “rostit” con salsa de foie y setas de temporada, algo que cualquier gourmet sabrá apreciar en lo que vale.
Su cocina parte de guisos muy elaborados gracias a bases sólidas como los sofritos, con salsas ricas en texturas y sabores y guarniciones que complementan de forma brillante los productos principales.
Miman igualmente el servicio, una atención personalizada para cada uno de los comensales que se suceden en sus mesas, con detalles de agradecer como relatar al cliente el proceso culinario del plato en el mismo momento de su elaboración.
Toda buena comida necesita un buen final, y, por supuesto, no se quedan cortos con los postres: vaya como clausura un croissant ahumado o un coulant de avellana, dos dulces que dan ejemplo del alto nivel de su repostería.
Carrer del Rosselló, 249, 08008 Barcelona
Precio medio: 40-50€ pp
Texto: Maria Acero
Fotógrafa: Alba Obradors