Tacos Chavita

Son las dos de la tarde de un miércoles cualquiera y estás trabajando. Tienes un agujero en el estómago y necesitas llevarte algo a la boca para seguir rindiendo. Un taquito de comida casera es una fantástica opción.

Si estás en la colonia Roma, no dejes de visitar el puesto de tacos de Chavita. Comida rápida, sana y barata. El negocio empezó hace 57 años siendo un puesto callejero de quesadillas y a petición de los clientes con el tiempo fue incorporando guacamole, chicharrón, salsa verde, frijoles, queso Oaxaca y guisos.

Don Chavita llega cada mañana a una de las esquinas más concurridas de la colonia cargado de cajas, cubos, tarteras, y los guisos recién hechos elaborados por varios miembros de su familia. Se reparten el trabajo y las recetas.

Cual Inspector Gadget, en cinco minutos ha transformado sus pertenencias en un auténtico puesto callejero. Cuatro sombrillas de playa que dan cobijo a su zona; varios guacales al revés que se convierten en una práctica mesa baja que cubre cuidadosamente con hules florales; y cubos de plástico de una versatilidad ingeniosa: el cubo-caja que usa para cobrar que guarda bajo su sillita, el centro de sus operaciones. El cubo-tortillero, de donde saca las tortillas de maíz misteriosamente calientes. El cubo-pila, donde va acumulando los platos sucios, el cubo-basura, el cubo-asiento… Y las fiambreras que contienen los guisos, de todos los tamaños y colores.

Parece un puesto improvisado pero su metodología nos da a entender que de improvisado nada. Que ya tiene sus mañas y probablemente unos dolores de espalda importantes. Con una mano sujeta las tortillas abiertas en su palma, con la otra sirve el arroz, el guiso y el guacamole. A continuación presenta el taco en un plato de plástico y… “Aquí tiene Señorita”. Sin moverse de su sitio logra hacer todo. Prepara, sirve, cobra, habla, sonríe, pregunta y escucha. En las horas punta, su torso permanece inclinado hacia delante sin darle tiempo ni de levantar la vista.

Los guisos son clásicos y ricos. Quien no llora no mama así que nada de preguntar qué hay. Directamente se pide lo que se quiere, sin timidez. Cualquiera de las opciones es buena, todo depende del hambre que uno tenga. Los más solicitados son los de pollo con mole, papas con chicharrón, picadillo de res, tortitas de papa, chile relleno, y nopal o rajas con queso. Y el chicharrón y la salsa verde que no falten, por supuesto.

¡Buen provecho!