Si te interesa el mundo de la coctelería, esto es para ti.
Desde hace ya un tiempo, Matías Sarli y Mario Ubieto están abriendo un camino que aunque previsible, (por la manía expansiva de la alta gastronomía) inédito hasta ahora. Matías, apasionado de la mixología clásica, moderna y molecular, junto con Mario, pastelero profesional formado en países como Francia, Bélgica, Alemania y Argentina, crean cócteles que se comen.
La vanguardia gastronómica, que tiene una aplicación excelente en la pastelería, traspasa las lindes de lo sólido para sumergirse en los elixires líquidos con tendencia alcohólica. Si quieres experimentarlo puedes asistir a uno de sus talleres en los que podrás aprender a aplicar técnicas de vanguardia pastelera o coctelera, en la elaboración de cócteles de sabores japoneses y mexicanos: actual inspiración de esta pareja inédita. Nosotros elaboramos y probamos:
Kaori: Suave y perfumado, con notas cítricas japonesas, a base de sake y amabuki de shiso infusionado con frutas deshidratadas, flor de cerezo, manzana, jengibre, pomelo y rosas de Turquía, frambuesa y naranja sanguina. Todo acompañado de pastillas efervescentes, cereza-yogur, té matcha-cardamomo, y yuzu-jengibre.
Bamboo Yumiko: Un cóctel refrescante y orgánico a base de notas orientales y ahumadas. Frescor de hierbabuena y shiso japonés. Acompañado de una mini manzana caramelizada con ajo negro y ron agrícola.
Kokoró Obulato: México y Japón juegan para ofrecer la singularidad entre el chocolate, el ahumado del mezcal y el secreto del obulato caramelizado. Un postre-cóctel que roza la provocación.
Takumi Nikka: Este cóctel surge del respeto por la ceremonia del té en la cultura japonesa. Por ello se utilizan en su mayoría productos nobles y con carácter, como el whisky Nikka y sus demás ingredientes. Un cóctel con las infusiones más comunes que se utilizan en la ceremonia del té. Acompañado por papel de yuzu por su punto ácido e inusual y los frijoles de wasabi por la apertura y el picor de las fosas nasales.
En la elaboración y cata de estos cócteles se aprecia el trabajo de investigación previa en la que la búsqueda de sensaciones organolépticas, la caza de sabores distantes y el prueba-error cobran un particular protagonismo en el resultado final, tanto en texturas como en sabores y significados.
Estos chicos abren brechas y capitanean un cambio con creatividad y audacia, no en vano su nombre hace referencia a la poco conocida y perspicaz regla del 80-20 de Pareto. Teoría que aboga por la ejecución de acciones que proporcionen el 80% de los resultados que esperamos gestionando el 20% de los recursos. Mixología de picaresca y eficacia ¿no crees?
Teléfono: 671 902 862
Texto: Naila Tahbaub Rivadulla
Fotos: Beatriz Janer