Por el nombre ya adivinarás que la cosa va de tapas. Pero la incógnita está en el número. ¿Por qué 2254?
Si eres la típica persona curiosa mientras estás leyendo, ya estarás imaginando alguna respuesta… Acaso será la dirección de la calle…, no, en Barna no hay calles de 2.000 y pico números… O será un código… o una fecha, ¡no!, una fecha imposible… La fecha del 2.254 sería el año en que adivinaras de qué es ese número…
Pues bien, se trata de la distancia por carretera entre Palermo y Barcelona.
Una distancia que el propietario y chef Nuncio Cona se recorrió en su Vespa -¡ojo! que la podrás ver colgada justo al entrar arriba a la izquierda- donde fue haciendo paradas y aprendiendo de muchos maestros de los fogones. Entre ellos, podemos destacar su aprendizaje de la mano de, nada más y nada menos que, Pep Nogué (ex Can Roca y director del CIB: Culinary Institute of Barcelona).
La cocina de Nuncio está repleta de mezclas y referencias entre Italia, España y Francia. Como te podrás imaginar mediterráneo en vena.
La carta es extensa. Y hay tapas para todos los gustos y para todos los bolsillos.
Puedes empezar con unas aceitunas y Campari -aceitunas gordal rellenas de naranja siciliana y Campari-, o un jamón de Bellota -esto ya para los bolsillos abultados o porque simplemente te quieres pegar un homenaje-, viaje de quesos y/o anchoas.
Luego ya podemos dar paso a lo que llaman “de la huerta” -destacamos aquí los mochis bravos, el espectacular -pídelo y comprueba porque es espectacular- spaghetti cacio e pepe o los buñuelos explosivos.
Después de llevarte al huerto -no pienses maaaaal- Nuncio te propone una historia de amor “de mar”: aquí tienes que probar la croqueta-niguiri con gamba de Palamós -¡es orgásmica!- o cualquier otra sugerencia de pescado del día. ¡Ah! También hay mariscos de la lonja. You know; ostras, navajas, gambón, almejas…
Y ya, volviendo del mar, vamos “de montaña” y donde, a estas alturas ya estarás queriendo conocer al chef y darle las gracias por los manjares engullidos, aun te quedará por probar: el tartar roll -sí, sí, un tartar delicioso dentro de un pan de brioche, ¡de locos lo bueno que está!-. Y ya para volver otro día porque sino saldrás rodando; el foie gras micuit, o el cochinillo, o la tagliatta de ternera, o el chicharrón, o el gran canelón – esperemos que no estés leyendo esto antes de la hora de comer-, etc.
La experiencia en Tapas 2254 está llena de matices que sólo se darán cuenta los que estén más atentos que un lince. Desde los salvamanteles con fotografías evocativas, la moto colgada -que os hemos chivado ya-, la decoración,… una cantidad de marketing experiencial que hará que Tapas 2254 sea el primer restaurante que recomendarás cuando te hagan la clásica pregunta -porque todo el mundo sabe que tu eres el/la sibarita del grupo- “¿Me recomiendas un sitio de tapas que esté bien?” Y con confianza podrás decir: Pues sí.
Carrer del Consell de Cent, 335, 08007 Barcelona
Horario: de lunes a jueves de 13:00 a 24:00, viernes y sábado de 13:00 a 1:00, domingo de 13:00 a 24:00.
Precio medio: 25-35€
Texto: Khaled Abbas Marcet
Fotos: Maite Apellaniz