The Bowery, un pequeño rincón de New York en Barcelona

Al sur de Manhattan, entre Chinatown y Little Italy se encuentra el barrio Neoyorkino de Bowery. Durante los años 20, la pobreza y criminalidad de sus calles lo convirtieron en un símbolo de la depresión económica de la época. Pero este barrio marginal que tantas sombras alojó fue el mismo que dio a luz a estrellas del folk, rock, y punk rock como Patti Smith, Blondie, The Ramones y Talking Heads, entre otros artistas.

En estas luces y sombras del marginal barrio de Bowery se inspiró Luca Izzo para crear su nuevo proyecto en Barcelona. Tras el éxito de Old Fashoned y Hemingway, este incansable emprendedor continúa ofreciéndonos espacios en los que disfrutar de la noche en la ciudad condal. Como ya es una tónica habitual en las coctelerías de Izzo, este local también desprende el sabor, la buena atención y la diversión que tanto caracterizan a sus coctelerías hermanas.

Para disfrutar aquí solo debes dejarte llevar y seguir las instrucciones del barman, que puede recetar delicias como por ejemplo el Atlantic, un cóctel ligeramente cítrico y herbal de ginebra infusionada con alga espirulina, licor de grosella negra, jengibre, cardamomo y espuma de piña. Otra excelente recomendación puede ser el Spectro Patronum: a base de pisco, vermut, salicornia, jugo de lima, azúcar y clara de huevo.

Este pequeño rincón de New York en Barcelona también es el sitio ideal para aquellos que disfrutan desenterrando diamantes en bruto ya olvidados. En sus vitrinas podemos encontrar una cuidadosa selección de Wiskys que Lucca ha ido recolectando, cual preciadas gemas, de pequeñas y poco conocidas destilerías con un producto de excelente calidad.

Cada cóctel en Bowery es una delicia para el paladar y los ojos. Un show para todos los sentidos en el que interviene el coctelero que los prepara, los ingredientes con los que los realiza y las copas en las que se presenta.

Porque en Bowery todo tiene una razón de ser: hacer que olvides por un momento que estás en pleno eixample y te transportes por una noche a ese turbio barrio en los años 60 donde los Neoyorkinos daban rienda suelta a sus placeres.