El alcohol, un vicio inherente al ser humano desde el principio de los tiempos. Su disfrute, salvo que seas un irremediable borracho, evoluciona con la edad y pasa -normalmente y exponencialmente con la inteligencia del individuo- de la cantidad a la calidad. Pero, y si es así , ¿por qué hay tanto bar de copas -malas en general- y tan poco bar que ofrezca una prescripción profesional? La respuesta quizás está en que la cultura del cóctel -no hablamos aquí del mojitismo de la calle Huertas- adolece de escasa y elitista. Abundan las pajaritas, el rococó decorativo, las bandas sonoras ibicencas y las cartas de 12 a 15€ por tragos de nombres poco afortunados. Falta cultura clásica, falta ese cóctel favorito en boca del cliente y falta cercanía.
Para satisfacer esta idea el bartender Rubén de Gracia dió vida a The Dash, una recién inaugurada coctelería alejada de las zonas más gentrificadas de Madrid, a orillas del apacible barrio de Chamberí. “Queremos ofrecer a la gente la posibilidad de conocer y disfrutar de la coctelería clásica, que es la cuna de todo” nos dice Rubén. Con The Dash, ha dado en el clavo, un local en esencia atemporal, en el que se respiran desde las notas de Chet, Coltrane o Miles hasta los frenéticos sonidos de Sugarman 3 subiendo el tono en las noches del fin de semana. Una selecta carta de cócteles como guía espiritual para el cliente y muchos más tragos en la cabeza de Rubén cuya inspiración vienen del destilado en sí, haciendo esta barra apta para el más profano y para el más ilustre bebedor.
Las mañanas de los domingos, la idea es la misma: ofrecer tragos clásicos. En concreto aperitivos como el Bijou, Bamboo, Luigi o el Hanky Panky. Y si fuera de carta el paladar pide un Negroni… Seguro que lo tendrás. “No te comes una fabada para cenar ni unos callos para desayunar. Cada hora del día tiene su tipo de comidas. Pasa exactamente lo mismo con la bebida. Queremos que la gente aprenda a beber. Si nos comparamos con otras capitales de Europa o EE UU, en Madrid y Barcelona estamos jodidamente atrasados en cultura cocktail. En Estados Unidos por ejemplo llegas a un bar y pides un Manhattan como algo normal. Ni siquiera necesitas una carta. Aquí cuesta que la gente pruebe un simple Gin Fizz y más aún que lo cambie por su gin tonic.”
Así que si eres un verdadero amante de la coctelería y crees que aún queda mucho camino por andar, una primera estación en tu ruta debería ser The Dash.
Horario: Lunes cerrado. Martes a jueves de 16:00 a 2:00. Viernes y sábado de 16:00 a 2:30. Domingos de 13:00 a 23:00.
Teléfono: 687 949 064
Texto: Ulises Lima
Fotos: Marcos Ortiz