Probablemente todos imaginabais que la sal se obtenía como consecuencia de la evaporación el agua, y estabais en lo cierto, pero es que además hay otras dos maneras de conseguirla. La primera de ellas nos la proporciona un mineral llamado halita, que nos ofrece este condimento mediante la pulverización del mismo. Y la segunda, es con la ayuda de las plantas, sobre todo las gramíneas, ya que cuando las hervimos obtenemos una sal a la que nos referimos como vegetal.
La sal siempre ha sido muy apreciada por la raza humana, y no es casualidad que las colonias se asentaran en la antigüedad cerca de los depósitos de sal, e incluso la utilizaran como moneda de cambio, para pagar los sueldos de los trabajadores. Salario viene de “salarium”, y significa pago de sal.
Los motivos por los que la utilizamos son varios: Se utiliza como condimento para dar más sabor a los platos, para conservar los alimentos, e incluso para mantener las carreteras transitables cuando, a consecuencia del clima, nieva o hiela. La reacción de la sal en contacto de la nieve o el hielo hace que se disuelva. Aunque quizá también hayáis escuchado que sirve para distintos usos esotéricos.
Los usos más comunes en gastronomía son la salazón y salmuera, para la curación y conservación de ciertos alimentos. Y la cocina a la sal, método de cocción en el que se cubre el producto, generalmente pescado, con abundante sal y que se cocina bien a la plancha o al horno, de manera que no permite que los jugos salgan y se cocine con ellos.
Se trata de un alimento muy rico en todos los aspectos e imprescindible para que nuestro organismo se mantenga bien hidratado e indispensable para que el sistema nervioso transmita bien los impulsos al cerebro. Pero no es aconsejable abusar de su consumo, ya que produce la subida de la tensión arterial, los vasos sanguíneos se comprimen y por lo tanto provoca un esfuerzo mayor para el corazón a la hora de bombear la sangre, lo que conocemos como hipertensión.
La recomendaciones de la OMS son consumir no más de 5 gramos al día. Para ello, debemos ser conscientes de que hay productos envasados que ya contienen sal por lo que debemos fijarnos bien, para no sobrepasar esa cantidad. En España, el consumo de sal es casi del doble de lo aconsejado, por ello, os proponemos soluciones y consejos para controlarlo.
Algunos trucos para dar sabor a las comidas son el uso de limón, vinagre, hierbas aromáticas o especias. Comer alimentos frescos y no envasados, porque como decíamos antes, pueden contener sal añadida. Y por último, debemos ser conscientes de que la sal produce retención de líquidos, por lo que mantener la silueta podría ser un gran incentivo para ayuda a concienciarnos.
España posee un gran número de salinas por todo el país. Algunas de ellas, y que merecen la pena visitar son; Salinas de Ibiza y Formentera, Las Palmas, Lanzarote, salina de Añana en Álava y las salinas de oro en Navarra.
Texto: Elena Olaran
Fotos: Creative Commons