Para cerrar este 2015, hemos decidido apuntarnos a la tendencia habitual de estas fechas y hacer una lista de lo que consideramos los 10 mejores establecimientos que hemos sacado en nuestra web en Barcelona este año. Aunque creemos que todos los sitios que encontraréis en Plateselector son dignos de vuestro tiempo y recursos, estos diez son los que consideramos verdaderos ejemplos a seguir. Buen provecho.
Esta taberna veneciana, capitaneada por Alfredo, Pablo y Mauri en sala y el chef Marco Filipponi en cocina, es el sitio en Barcelona que más cerca que te vas a sentir de la preciosa ciudad de los canales y donde cada día es motivo de celebración.
Cocina marinera con buenos productos (la calle Jerusalem está esquina con la Boquería) y clásicos como las sardinas en Saor escabechadas con pasas y cebolla confitada -imposible pasar por allí sin comer este plato- calamares de playa con verduritas, rissotto con Nero di sepia, gnocchi de patata con ragú de pato o la fragole, a medio camino entre un arroz y un cuscús con un fumet de pescado de escándalo. y como no, la pasta! de las mejores de Barcelona.
Texto: Alba Yáñez Foto: Mahala Marcet
Un diminuto local de la calle Rocafort esconde el mejor lugar para comer “Pescado y papas fritas” de Barcelona. Y es que igual que las mejores canciones se reinterpretan en español, la receta de Magid y Mani Alam junto a su equipo merece ser traducida como cualquier temazo de The Beatles.
En este lugar, el “fish & chips” se lee de manera diferente. El bacalao se cambia por una merluza previamente ahumada, rebozada con el toque dulzón de los corn flakes y las patatas, previamente caramelizadas, se convierten en algo más que un acompañamiento por la explosión de sabor que suponen. La salsa tártara de la casa ejerce de celestina y para maridar el pescado no hay nada mejor que un “Sarson’s vinegar”.
Texto: Inés Troytiño. Foto: Beatriz Janer
Ceviche de corvina y salsa de pimiento amarillo, caldo dashi con secreto ibérico, setas y algas, pulpo al carbón con panceta, suquet tai, stracciatella con berengena, salsa de rabano y praliné salado de avellana oragout de tripa de bacalao con rigatoni son algunas de las claves de su fama ya extendida.
-“En Mano Rota queremos huir de todas las etiquetas. No pretendemos ser un restaurante gastronómico al uso, ni ofrecer solamente cocina tradicional, ni tampoco queremos llevar toda nuestra oferta a los sabores más extremos. Por eso, ofrecemos un poco de todo ello”- cuentan Oswaldo y Bernat.
Texto: Alba Yáñez Foto: Mahala Marcet
5 bocados a elegir; La hamburguesa -con carne de ternera, confitura de cebolla, bacon crujiente y provolone- Tuna Melt -una ensalada fresca de atún con mayonesa casera y queso cheddar fundido- el Grill Chicken Sandwich -un jugoso pollo a la parrilla con tomate fresco, cebolla alioli de aguacate- el Philly Cheese steak -tiernas lonchas de ternera salteada con cebolla y módena, provolone funcido y alioli de hierbas casero- de este también existe en una versión vegetariana, y por último el magnífico Pulled Pork -cerdo cocinado a baja temperatura con salsa barbacoa casera y ensalada de col agridulce-. Todo puede ir acompañado de patatas fritas, bravas o su versión Chivuo’s con bacon crujiente y queso cheddar fundido encima.
Texto: Alba Yáñez Foto: Beatriz Janer
En continuo movimiento, Laura Veraguas y su equipo acaban de renovar la carta con un enfoque en asegurar una comida saludable, nutritiva, sostenible y con una clara influencia Turca debido a un viaje de aprendizaje gastronómico de equipo.
Con estas técnicas de cocción saludable logras aprovechar y conservar al máximo las propiedades nutritivas de cada alimento -“El calor de la cocción destruye las vitaminas de las verduras, hay que tener un control de lo que necesita cada alimento”-. Además Laura quería mantener la coherencia de Iradier, ya que esta dentro de las instalaciones del gimnasio Metropolitan -“En todo momento mis recetas fueron supervisadas por una nutricionista, quería ser consecuente con la filosofía del lugar”- cuenta la chef.
De esta forma Laura -junto el resto de su equipo- trata de tener el mejor producto y conocerlo mucho -“Pues cuanto más bueno es, pocas cosas tienes que hacer para mejorarlo”-. Papillote de salmonetes, ensalada de coliflores o tagliatelle de Kamut son algunas de sus nuevas propuestas.
Texto: Alba Yáñez Foto: Beatriz Janer
De madre asturiana y padre napolitano, Flor reina su pequeño restaurante con cariño, impregnándolo con personalidad y puro carácter argentino. Lleva 24 años dedicándose a esto y se ve de lejos que disfruta con el trato y cuidado al cliente.
¿La mejor opción? Adentrarse, tomar asiento y dejarse aconsejar por esta argentina llena de pasión y vitalidad. Para los impacientes, aquí van un par de pistas. El queso de búfalo italiano stracciatella es el símbolo de la casa. El auténtico sinónimo de “menos es más”. Y el tartar de buey cortado a cuchillo o la oreja de elefante es la mejor opción para los amantes de la carne. Los que se decanten por el mar, los mejillones son una auténtica adicción.
Texto y foto: Marta Parera
Este restaurante, ubicado en pleno caos de la rambla de Raval de Barcelona, ésta especializado en platos para poder “Sucar lent” (mojar lento) y como ellos dicen todos y cada uno de los platos de su “casa de comidas” están pensados para que puedas mojar pan hasta dejarlo limpio.
Para comer la carta se diferencia por platos de cuchara como fricando de lengua de buey con setas o judías con huevo y papada ibérica, platos de la mar como la raya a la mantequilla negra o la parpatana de atún rojo, de la montaña como steak tartar tibio sobre tuétano con huevas tobiko o cochinillo en su jugo con jengibre, melón y piñones o combinar con platos de mar y montaña como calamarcitos con foie a la brasa. Todo sorprende y todo es delicioso.
Texto: Alba Yáñez Foto: Cecília Díaz Betz
Este lugar emblemático de cocina marinera se fundó en 1903 y se hizo rápidamente conocido por sus pescados, mariscos y arroces entre los pescadores del puerto. Hoy en día, 112 años después, ahí sigue al pie del cañón.
Almejas de carril a la pancha, berberechos de Galicia al vapor, cigalitas de la costa salteadas de sal y pimienta, espardeñas a la plancha son algunos de sus entrantes sencillos pero con producto excelente antes de empezar el festival de sus arroces; a banda; con espardeñas, nécoras o cangrejo real, caldosos; con bogavante nacional azul, erizos y vieiras, o fideuás. Mención especial también a su caldereta de marisco, su suquet de rape y los deliciosos canelones de foie y trufa.
Texto: Alba Yáñez Foto: Beatriz Janer
A manos del chef australiano Damien Bolger -ya conocido por ser el chef de Market cuina fresca en Poblenou- siempre pendiente de la temporada, trata de hacer cocina sorprendente, para conocer y descubrir, con productos básicos; “La comida está centrada en platos saludables pero sofisticados que le llevarán de vuelta a los recuerdos, los momentos y los lugares a los que amas. También le llevará en un viaje de sabores nuevos, lo que ayuda a crear otros nuevos” nos cuenta Damien.
Kimchi de cayote, tartar de canguro, ostras con vinagreta de maracuyá, arroz cremosos con tupinambo y queso ahumado o jarrete de cordero de Nueva Zelanda “a la catalana”, son alguno de los platos que puedes encontrar esta temporada. Aparte de buen café, brunch los fines de semana y atractivos menús de mediodía por 15 euros. Destacar también su personal atento y cuidadoso.
Texto: Alba Yáñez Foto: Beatriz Janer
Hay cosas que por mucho tiempo que uno lleve fuera, siempre se echaran de menos. Fede Salmón, cordobés, llevaba diez años viviendo en Barcelona pero seguía añorando la idea de las medias raciones: tener dos versiones de un mismo plato, o bien en forma de plato principal o bien la mitad de este, para poderlo compartir. Así que con cuatro socios (tres de Córdoba y uno catalán) decidieron montar el Cuarto y Mitad, un restaurante que ofrece medias raciones de casi todos su platos (sirven incluso “medios gin tónics”).
“La idea era recuperar lo que no encontrábamos en Barcelona: hacer una cocina de Cádiz, con vinos de la región y ofrecer algo que no fueran pinchos ni fueran tapas pero siempre fuera buena cocina”, explica Fede. De hecho, el Cuarto y Mitad (que pronto pasará a llamarse Palo Cortao debido a un problema legal con el nombre original) es uno de los pocos sitios de Barcelona que sirve los chicharrones de Cádiz (hechos de panceta de cerdo y cortados en láminas muy finas acompañados de zumo de limón y pimienta).
Texto y foto: Tanit Parada Tur