Topa Sukalderia, un encuentro entre culturas

Nos encontramos en Topa Sukalderia, un local en la ciudad donostiarra con un concepto único, desarrollado por el mismísimo Andoni Luis Aduriz cuyo concepto surgió a partir de sus viajes realizados a Latinoamérica y su pasión por su cultura y gastronomía. En aquellos viajes él se preguntaba qué es lo que comerían o qué habrían comido los que han emigrado del país vasco a latinoamérica con su gastronomía y su cultura con los productos de allí y viceversa.

Topa, que en euskera significa Encuentro, lleva desde febrero de 2017 abierto y podemos comprobar que ha sido un éxito total desde el principio, con un concepto muy fácil para los clientes y a la vez muy distinguido en la capital guipuzcoana. Se trata de un lugar muy acogedor e informal en el que puedes ir a tomar algo en la barra, o sentarte en las mesas para pegarte un homenaje.

En cuanto a su cocina y como su propio nombre indica, más que una fusión vasco-latina, consiste en una unión de ambas haciendo que convivan y sin que ninguna pierda su identidad.

Su carta recoge algunas de las recetas mas representativas y que más nos gustan de Latinoamérica “Topatizándolas” o “vasquizándolas” con los productos de aquí.

Desde el primer momento nos sorprende la comida sobre la mesa, con un guacamole Topa servido en un molcajete, que viene acompañado de unas instrucciones de preparación que nos divierten y consiguen hacernos formar parte de él, y un ceviche de corvina, aguacate y pizarras servido sobre la cabeza de un soldado que dará mucho que hablar.

Entre bocado y bocado, nos llevamos una sorpresa debido a la original idea que Topa tiene, de presentar, fuera de carta, su pollo asado en la caja china que todos los jueves en determinadas horas, recorre todo el local con una performance ofreciéndolo de mesa en mesa.

Probamos unas deliciosas quesadillas de queso Topa y jamón ibérico, que hace que salivemos aún más y le demos un buen trago a algunos de sus cócteles como el Viajero, elaborado a partir de sidra, cava y azúcar de caña, o Pisco Garratza, de pisco lima y clara de huevo. Y justo en ese momento unos tacotalos al Pastor vasco, con un acabado de manzana en lugar de piña que nos demuestra que no hay reglas en la cocina.

Y junto con una chelada con zumo de lima y un bloodycheli con zumo de tomate y especias, acompañamos su grandioso, no sólo por grande, sino por su sabor y textura, asado de ternera con chimichurri y papas al estilo Francis Mallman. Un plato digno de mención y que no puede faltar en ninguna quedada con amigos.

Por último, no podemos pasar por alto los postres, una mamia con guayaba y garrapiñadas y un coco-loco, muy al estilo del norte, con su original sombrilla, simulando un paraguas en pleno vendaval.

Si algo hemos descubierto en Topa, es que nunca nos vamos aburrir ni del ambiente ni de la comida.