El ceviche, esa carne de marisco o pescadito aliñado con cítricos que te deja el regustillo justo para querer repetir y no parar. No sabemos de donde viene, supuestamente de la américa latina, pero nos da igual porque vale un potosí. Dejémonos de tonterías y comamos un buen ceviche en uno de estos restaurantes.
Paulina Arochi, dueña de este local, descubrió la tradición panadera en Noruega; cuando llevaba trabajando un tiempo en eso decidió ir un poco más allá, apartar a un lado el pan y aprender las bases de la cocina para crear en Barcelona un increíble tex-mex junto a su socio Marc Duran. Después de un año duro pero de gran éxito, todo el mundo quería probar su carta.
Los tacos de lengua, que ellos mismos a través de una ilustración en la pared te enseñan a comer con las manos sin pringarte entero, son su plato estrella. La cochinita pibil, un sabroso cerdo cocinado durante doce horas al horno, y claro, sus platos con ceviche como el aguachile que es una especie de ceviche de gambas y el taco de ceviche. Todo delicioso y obligatorio probarlo.
Foto: Tanit Parada Tur
La verdad es que no hay nada mejor que comer ceviche en un sitio que se llama igual.
Entrar en este restaurante es saborear la comida peruana en tu total tradición. La cultura del país invade sus paredes con frases populares y por supuesto los platos que sirve.
El jefe de barra, Juan Otivo, se encargará de prepararte un exquisito ceviche clásico de pescado con boniato glaseado entre otras cosas, y Roberto Sihuay, chef del restaurante, se centrará en darle platos a los paladares más exigentes. Gambas con alioli de ají amarillo que consiste en una base de patata prensada y aliñada, lomo saltado de buey al wok con verduras y arroz a la marinera.
Colores vivos, sabores exóticos y texturas venidas directamente de Perú a Barcelona.
Foto: Marta Parera
Restaurante que saca lo mejor de la cultura y la gastronómía de todas las ciudades que componen Perú, con sus influencias japonesas, china cantonesa, española, italiana, africana, francesa, inca o amazónica.
El gran equipo de The Market ha creado una carta llena de clásicos como causas limeñas, ceviches, ajíes o anticuchos, platos nikkei y muestra de la cocina chifa.
Ceviche con láminas de corvina marinadas en zumo de lima con ají, cilantro y distintos tipos de maíz o la versión japonesa en la que el atún es el protagonista combinado con algas japonesas, jengibre y sésamo. Todo salpicado con un caldo llamado leche de tigre, imprescindible en el ceviche, ya que con el que se macera el pescado debido a sus supuestas propiedades afrodisiacas y contiene los sabores de todos los ingredientes del plato. Irresistible.
Foto: Marta Parera
Oh Bo es igual a comida saludable 100%, un proyecto emprendido por Anton Brufau, su propietario, que en un momento de su vida empezó a preocuparse por el buen comer pero sano.
Además de sus riquísimo y sabrosos zumos y Smoothies tambiñén cuentan con una carta ecológica y nutritiva con cosas coomo el tartar de salmón salvaje con aguacate, manzana y jengibre, el roast beef de carne de vacuno ecológica con salsa tártara y chips de yuca para los más carnívoros. Uno de los platos estrellas es el ceviche de corvina (acompañado de aguacate y pimiento) con un marcado gusto de cilantro y cítricos que se deshace literalmente en la boca. Tambiñen hay un montón de ensaladas como la ensalada de quinoa, zanahoria, pistacho, uvas pasas y menta o la de arroz, pavo braseado, tomate deshidratado, kamut. Cualquiera que cojas estará buenísima.
Foto: Paula Belil
Artur Martínez, ya con una estrella michelín en su poder, quería hacer un bar de tapeo canalla y gamberro en Barcelona, así que junto con sus jefes de cocina, Nicolas di Paolo y Marc Ribas, creó Matis bar, un lugar divertido y donde comer a buen precio y a gusto.
Bombón de queso y tomate servido en cuchara donde degustar todos y cada uno de sus sabores. Pincho de bonito y ajo negro con una salsa de untar o mejillones en vinagreta frescos como una ensalada. Todo con su pan, una coca fina con tomate, crujiente y deliciosa.
Pero eso solo eran los fríos, ahora vienen los calentitos: Pimientos del piquillo rellenos de rabo guisado, caldereta de corvina y colirábano, albóndigas a la jardinera fresca llena de matices, papada con jengibre y ajo encurtido o caballa con limón, salvia y alcachofas. Todo eso acompañado de un vino ecológico que te dejará sin sentido, no literalmente claro.
Foto: Mahala Marcet
Mikkio es nacido en Chile, de padre japonés, procedente de Kyoto, y madre chilena, artista audiovisual y chef de Nikkei, el lugar donde da rienda suelta a su imaginación y a sus proyectos artísticos.
Muestra su habilidad y pasión por el arte de la cocina con platos caseros y de cocina popular. También ha creado un menú degustación más que delicioso con encurtido de verduras con kimchi, seguido de una sopa de marisco con mezcla de dashi, fumet catalán y caldo chileno. Después, un Katsudón con berenjena en tempura por ejemplo, un escabeche de cazón, gyosas artesanales, ensalada Okinawa con fresas y pipas, niguiris de salmón y magret de pato, un variado de sashimi y huramakis, cebiche de rape y, para acabar, un fantástico helado de judía roja.
Foto: Cecilia Díaz Betz
Texto: Alba Llamazares